tag:blogger.com,1999:blog-28566792853438824252024-03-05T00:54:14.829-08:00De milagro andamos"Milagro es el punto vivo del vivir. Cuando pienso, lo arruino todo. Por eso evito pensar: ando sólo es posible andando." (Clarice Lispector)Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.comBlogger214125tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-17245525920501515802019-06-14T13:55:00.002-07:002019-06-14T14:36:42.875-07:00Memorias crónicas (cuarta parte)©<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwcBrzrITubKxir6ON61ESRk55mwil_HKjfeldORRVxLOJWEOarmxjExhSgx8-sChPgCAJXhgRpUA-NKB5BD2F6gWc2rDqFk4Ero8Uogbq5aiz9O4-vgFKolKs3fmjMUTYrY2U7lyiJgA/s1600/images.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwcBrzrITubKxir6ON61ESRk55mwil_HKjfeldORRVxLOJWEOarmxjExhSgx8-sChPgCAJXhgRpUA-NKB5BD2F6gWc2rDqFk4Ero8Uogbq5aiz9O4-vgFKolKs3fmjMUTYrY2U7lyiJgA/s320/images.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="background-color: black; color: white;">Aquella mañana desperté con el tiempo exacto para tomarme un café en el centro de San Cristóbal. Solía escatimar a la ciudad el resto del nombre -de Las Casas- porque se había vuelto para mí un sitio cotidiano; ahí comenzaba y terminaba el día de lunes a viernes pero nunca me fue tan familiar como para llamarle San Cris, quizá porque pasaba la mayor parte del tiempo en Chenalhó (al que le quité el San Pedro desde el primer momento). </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Vi a lo lejos la ambulancia en la que me llevaban a Chenalhó diariamente. Logré pedir la cuenta y pagarla antes de que llegara al punto en donde debían recogerme. Caminé hacía el punto de reunión todavía con el último sorbo de café en la boca: me supo más amargo de lo habitual, supongo que debido a que se cruzó con el recuerdo de que llegando tendría que enfrentarme a la colocación de la urna de votación en la clínica.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Como lo supuse, no terminé de bajar de la ambulancia en la puerta de la clínica en Chenalhó cuando ya llegaban hasta el mismo lugar quienes pondrían la urna. Si bien había pensado en eso buena parte de la noche, no encontré la estrategia mediante la cual llevaría a cabo mi personal resistencia. Tuve que improvisar, abrir la brecha conforme avanzaba sobre ella.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Buenos días-, me escuché decir al tiempo que encontraba la forma de no poner más atención de la debida en la urna. No quería que se me notara preocupada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Buenas-, contestó uno de los hombres que la traía. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Pensé que yo no era la única que escatimaba palabras cotidianas. "¡Ahí está!", me dije, "escatimar" era la clave. Escatimaría mi ayuda y la de la gente a mi cargo (los integrantes de la brigada médica).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¿Dónde podemos poner la urna, doctora?- se dirigió a mí el mismo hombre que a medias me había saludado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Tuve la tentación de decirle que yo no era "doctora", que era antropóloga, pero eso implicaría largas explicaciones de esas que a nadie importan y no son pedidas. Sentí además que hacer esa acotación me delataría: "acusación manifiesta", terminé el dicho en mi cabeza y guardé el resto de mis pensamientos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Al fondo, por favor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Percibí en mi interlocutor un dejo de molestia. No sé si era mi paranoia, pero él miraba a la entrada y eso me pareció suficiente indicio de que esperaba colocar la urna en el lugar más visible. Por eso continúe hablando yo, atajando de manera preventiva su desacuerdo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Le diría que la pusieran en la entrada pero, ¿sabe?, la gente se queda en la puerta esperando la consulta y puede dificultarse que voten porque estarían todos ahí sin dejar pasar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">No quedé conforme con mi aventurada explicación, para mí no tenía lógica, pero al parecer para él la tuvo porque de inmediato entró hasta el fondo del cuarto que era la "sala de espera" junto con los otros dos hombres que lo acompañaban y que se dispusieron a armar la urna que quedó sobre una mesa junto con las papeletas para los votos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Enseguida salieron despidiéndose amablemente y recordándonos que volverían por la urna con los votos emitidos antes de que cayera la tarde. Me sorprendió que nadie se quedara a vigilar el proceso de votación. Por un momento se me ocurrió que podría tachar los votos en contra de su intención, pero inferí que ellos confiaban en que los trabajadores de la clínica se ocuparían de hacerla de vigilantes, y quizá no se equivocaban al confiar en ellos... aunque sí al confiar en mí. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Yo, en cambio, no confié a nadie mi intención de boicotear, aunque pasivamente, la votación. Pensando en cómo lo haría sin ponerme en riesgo agarré una de las boletas y leí una sola de las preguntas, la principal: "¿Está usted de acuerdo con la distensión del conflicto?". "Ya la hice", pensé con una sonrisa que se escapó de mí de tanta gracia que me hizo la palabra por ellos elegida. "Distensión", repetí un par de veces para mí, en voz muy baja y segura de que nadie me veía. Dejé la papeleta en su lugar y comencé a urdir el plan.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Soy pésima para las operaciones matemáticas, pero hábil para hacer análisis rápidos en situaciones desesperadas: fue claro desde que leí esa pregunta que no era una que pudieran entender con claridad los votantes, no sólo por el uso de una palabra ajena a la mayoría de las personas que se quería que votaran, también porque en el municipio de Chenalhó hay una buena cantidad de gente analfabeta y otro tanto es monolingüe, hablantes de tzeltal, razón por la que formaba parte indispensable de la brigada médica una traductora, oriunda del lugar que hacía las veces de enfermera.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Desde la semana pasada estamos con que hay que ir a los parajes para atender a la gente que no viene a la clínica, ¿por qué no lo hacemos hoy?-, pregunté a los integrantes de la brigada. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Pero, ¿quién se queda acá?, preguntó el pasante de medicina que atendía esa clínica desde hacía casi un año. No podemos cerrar, está la urna.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-No, claro que no, hoy no puede quedarse cerrada la clínica, la gente va a venir a votar -confirmé ocultando las ganas de que desapareciera la urna... y hasta la clínica si hacía falta.- Puede quedarse usted y me voy yo con la enfermera. No necesitamos más que ubicar a las personas que requieran atención para tener el registro y volver otro día. Si hubiera alguien con alguna emergencia podemos traerle en la ambulancia o trasladarle directamente al hospital. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">El pasante quedó un tanto pensativo. No era cualquier cosa quedarse solo en la clínica. Tendría que hacer más trabajo del que le correspondía. Yo sabía que eso no le hacía ninguna gracia porque no perdía oportunidad de quejarse por tener que cumplir con sus labores como pasante en esa clínica, comentaba que era mucho el trabajo y poco el sueldo. Me apresuré a seguir convenciéndolo, no quería darle tiempo para pensar, se lo escatimaría. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Lo único es que se quedaría sin la ayuda de la enfermera para traducir, pero usted más o menos se las arregla con tzeltal, ¿no? A mí me han dicho que usted lo habla un poco y lo entiende. ¡No sabe cómo lo envidio por eso!, tan bonito que es hablar otras lenguas, ¡yo nunca he podido!- apunté la ego y di en el blanco, el halago certero se volvió en su rostro sonrisa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Está bien. Me quedo yo. Pero no podré cuidar la urna, voy a estar recibiendo a la gente y tomando los signos clínicos porque se va la enfermera, además pues daré consulta. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">"De eso se trata", pensé. Aunque no tenía idea de cuál sería el resultado de dejar la urna a su suerte y temía que se la robaran porque nos harían responsables del extravío, me convencí de que podríamos decir que no nos la encargaron, que no sabíamos que había que cuidarla y que tuvimos que ir a registrar a la gente de los parajes porque hacía tiempo que necesitábamos hacerlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Sí, no se preocupe, nadie se va a llevar la urna -contesté- usted no tiene que hacer nada más que lo acaba de decir que hará. Si alguien le pide ayuda para votar, dígales que no puede porque lo dejamos solo en la clínica y las consultas son prioridad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"> Que se robaran la urna era una posibilidad, la que yo deseaba. Pero también era posible que ahí quedara y la recogieran por la tarde con los votos. Esta segunda opción significaba para mí una derrota personal. A pesar de prepararme todo el día mientras estuvimos en los parajes para asumir que había perdido si ese era el caso, sentí que el estómago se me estrechó de súbito cuando al regresar vi la urna en el mismo sitio donde la habían dejado por la mañana. Fingiendo mi desconcierto pregunté al pasante si habían dicho a qué hora pasarían a recoger las boletas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-No han de tardar... Ojalá, porque nosotros tenemos que irnos. No nos vamos a quedar acá más tiempo. Ya casi nos toca irnos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Asentí con la cabeza para no dar pie a que comenzara a quejarse, por enésima vez, de lo mucho que trabajaba por un sueldo miserable. Lo que me irritaba no era realmente que se quejara sino que tenía razón: el derecho inalienable a la queja es humano, aunque a otros fastidie por no poder hacer nada. Si yo no había podido evitar que en la clínica se llevara a cabo una consulta a todas luces amañada, menos podía arreglar sus condiciones laborales. Su habitual molestia no encontró salida en mi silencio, de modo que con tal de romper el suyo (que era obvio le incomodaba más que el mío) dejó caer un nuevo comentario.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"> -Si no llegan a tiempo igual podemos irnos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Me encantaría, pero eso sí no podemos hacerlo. Tenemos que cerrar cuando se hayan llevado los votos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¿Cuáles votos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Pues los de la urna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Será la urna y las papeletas, votos no hay.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¿Cómo que no hay votos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-No, mire usted, la urna está vacía. Nadie votó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Me acerqué a la urna y constaté que estaba vacía. Por poco y no logro ocultar la alegría. Rondaba ya los bordes del triunfo, que hacía mío porque igual me habría apoderado yo sola de la derrota, cuando el pasante me hizo notar que mis artimañas no eran la causa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Ahora que estamos nada más usted y yo -me dijo al tiempo que se cercioraba de que el chofer y la enfermera estaban afuera junto a la ambulancia- le voy a confesar algo: tampoco yo quería que les saliera lo de la votación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">Era innecesario defenderme, pero tampoco estaba dispuesta a confesarme, al menos no de manera explícita, así que me atuve a otorgar callando una respuesta precisa y contesté con otra pregunta:</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-¿Usted evitó que votaran?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-No, claro que no.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-¿Entonces?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-Nada más no les pedí que votaran, de hacerlo hubieran votado los que vinieron a consulta. Aunque no sé cómo porque muchos no saben leer.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-Menos en español- comenté.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-¡Y menos palabras como esa de distinción!</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-Distensión- corregí involuntariamente.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-Eso, ¡imagínese!, si ni yo sé bien qué es...</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-Pues sí- respondí. Tenía la intención de explicarle el significado de la palabra pero me interrumpió.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-Pero, ¿sabe qué?, yo sabía que ni se iban a acercar a la urna.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-¿Sí?, ¿porque no están de acuerdo?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="background-color: black;">-No. Por algo más simple: acá no se acuerdan cosas así, votando. La gente está acostumbrada a las asambleas donde participan como grupo. Para ellos eso de votar cada uno no existe, sus votos son colectivos. Incluso cuando hay elecciones se ponen antes de acuerdo en asamblea.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"> -Debería ser antropólogo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¡Ni dios lo mande! Como médico me pagan mal y trabajo mucho, pero aprendo... ¡hasta antropología! La verdad es que me quejo mucho pero lo que quiero es seguir trabajando acá cuando me titule, ya me encariñe con la gente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¿Y se va a seguir quejando?, pregunté como broma.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¡Claro!, es mi derecho, pues.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Así es: el derecho inalienable a la queja es humano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¡Esa está buena!, luego me explica qué es inalenable porque ya vienen por la urna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">"Inalienable", alcancé a decir antes de que en la puerta de pararan los encargados de recoger la urna. Con una seña les indiqué que podían pasar por ella. Lo hicieron sin mostrar sorpresa de que estuviera vacía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-¿Está vacía?- me deleité preguntando lo evidente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Sí. Pasó con muchas, no sabemos por qué.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">-Buenas tardes- dijeron al mismo tiempo los tres hombres desde la puerta cuando ya se iban.</span><br />
<span style="background-color: black; color: white;"><br /></span>
<span style="background-color: black; color: white;">-Buenas-, el pasante y yo escatimamos en conjunto parte de la despedida. Consolidamos la complicidad con una mirada: habíamos hecho ¡nada! A veces de eso se trata, de no abrir los caminos y andar por donde otros anduvieron antes.</span></div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-32660635848139345052019-06-12T14:56:00.001-07:002019-06-12T14:56:35.749-07:00Entre paréntesis ©<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwhyphenhyphen4eBpEUz62cLK-heMBndyGzXn6AIIOVw69QA2ihqFhvkC3L6sOlg5Q_cv_G4qg_5Nd8afb-NTsajs5G9YLcDUNuFcdayvVCKniFrb7IJgdIefthGtpcBnsYnT-IFZDWrElQ3KhUGpE/s1600/AUhERD8K.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="302" data-original-width="400" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwhyphenhyphen4eBpEUz62cLK-heMBndyGzXn6AIIOVw69QA2ihqFhvkC3L6sOlg5Q_cv_G4qg_5Nd8afb-NTsajs5G9YLcDUNuFcdayvVCKniFrb7IJgdIefthGtpcBnsYnT-IFZDWrElQ3KhUGpE/s200/AUhERD8K.jpeg" width="200" /></a><span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Las letras no se me olvidan.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Lo que he dejado pasar es la nada</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">que solía mirar entre ellas: </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">los bordes y el vacío que fragmentan. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">La hoja en blanco es mucho más que abismo, </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">por eso aterra: </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">es todo lo que contiene, </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">lo que desaparece entre sus huecos. </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span>
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">(Me jode no tener una historia que contar</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">o tener tantas que resultan incontables).</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span>
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Cuando las heridas están abiertas</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">mejor es no escribirlas: </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">la palabra (es) corta, </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">la sangría el lugar común y deliberado.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span>
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Paso sin ver. </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Evito los espacios con cautela</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">igual no pisa las rayas de las aceras</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">los días soleados.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span>
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Recupero el silencio intacto,</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">llegará el momento de romperlo.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Por ahora sostengo </span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">la vida entre paréntesis.</span></span></div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-84821021198205604662019-06-12T14:27:00.004-07:002019-06-12T14:31:14.479-07:00Caída libre ©<div style="background-color: white; color: #1c1e21; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWSHkKpcd_ClskrZ2lyFpLA2i-r-SeTxU9BuECJLhPRXw6HuqwYjcjmoSW0FtBKdwk2OI92jf0Xs5Sq1CHXOzjDBRBFTcr2Dxdl_nFujEdrTzbNF4xS0En3vhuiB9f4aO8Xq-6i0wT97o/s1600/hojast.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="510" data-original-width="678" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhWSHkKpcd_ClskrZ2lyFpLA2i-r-SeTxU9BuECJLhPRXw6HuqwYjcjmoSW0FtBKdwk2OI92jf0Xs5Sq1CHXOzjDBRBFTcr2Dxdl_nFujEdrTzbNF4xS0En3vhuiB9f4aO8Xq-6i0wT97o/s320/hojast.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black;">A veces un verano se otoña.</span></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black;">Nacen quebradizas las hojas, </span></div>
<div style="font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="background-color: black;">amarillo el envés desde la primavera.</span></div>
<div class="text_exposed_show" style="background-color: black; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px;">
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
<br /></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
Tardas un poco en darte cuenta,</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
pero ahí está:</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px;">
el prematuro desastre.</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Cayeron las hojas con la ventisca,</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
pasó para ti desapercibida: </div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
caías tú también.</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: inherit;">En la caída eras tú el viento, </span></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: inherit;">eran tú y el aire</span></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<span style="font-family: inherit;">la misma cosa.</span></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
No hay hojas de ningún color</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
en el descenso abrupto</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
hacia un abismo inesperado.</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
El hueco es entrada</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
pero es también salida: </div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
escucho tu regreso.</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Crujen las hojas</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
bajo tus pasos, </div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
vuelan algunas en <span style="font-family: inherit;">pedazos.</span></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
En la orilla yo,</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
recolecto los fragmentos con cuidado: </div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
algo de ti es vegetal, ocre, frágil.</div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
<br /></div>
<div style="font-family: inherit; margin-bottom: 6px; margin-top: 6px;">
Algo es otoño en tu verano.</div>
</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-61477507026816524602018-07-22T00:02:00.001-07:002019-06-14T14:51:25.706-07:00Memorias crónicas (Tercera parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCdKQ-HfHkVYFaX7kP6EU7sAH5ThxYBbLu2dOmIsYAjYy-DDBT6vqCVH_-DCpvsUXHW5_AOAveb1RPoCWcyracg6YZjQS5VRVtt1rBZ5HU5VL4OtQpol0QUazVTwyoEPVT2xa-9g-qEgE/s1600/551c3fe680f0af0e46276a1d66b37c13.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="486" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCdKQ-HfHkVYFaX7kP6EU7sAH5ThxYBbLu2dOmIsYAjYy-DDBT6vqCVH_-DCpvsUXHW5_AOAveb1RPoCWcyracg6YZjQS5VRVtt1rBZ5HU5VL4OtQpol0QUazVTwyoEPVT2xa-9g-qEgE/s400/551c3fe680f0af0e46276a1d66b37c13.jpg" width="257" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-¿Has visto algún zapato?- me preguntó una periodista estadounidense que rondaba por Chenalhó y se presentó en la clínica del lugar donde yo intentaba organizar algunas cosas.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-¿Un zapato?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Sí, un zapatista.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-¿Les dicen zapatos?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Es una manera graciosa de llamarlos.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Ya veo. No, no he visto ningún zapatista. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">La verdad es que el diálogo me dejó perpleja. Los siguientes días entendí aquello de "los zapatos": no era una forma graciosa de referirse a los integrantes del e-zeta-ele-ene, sino una muy despectiva acostumbrada por quienes se consideraban sus contrarios, algo frecuente en la cabecera municipal de Chenalhó que era primordialmente priista. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Es cierto también que yo nunca había visto a un zapatista, al menos no sabiendo que lo era. A los zapatistas los vi muchos años después, en la Escuela Nacional de Antropología, cuando se hospedaron ahí en 2001 y fui a dejar alimentos. Recuerdo muy bien que me reía pensando que los estudiantes que resguardaban a los zapatistas parecían todos comandantes: no había manera de acercarse casi ni a la entrada, y la verdad es que no lo intenté. Si vi a un zapatista fue porque al irme un hombre con pasamontañas estaba cerca de la reja por la que pasé cuando ya me iba; la pipa me confirmó que era un zapatista, el más famoso de ellos, el más mediático: Marcos.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Unas horas después regresó la periodista a la clínica. No venía sola, acompañaba ella al presidente municipal junto con otros tres hombres. Estaban ahí para avisarnos que al día siguiente se haría una consulta y que en la clínica pondrían una urna para que la gente votara. No tenía idea de qué consulta hablaban, pero de inmediato explicaron que se preguntaría si las personas estaban o no de acuerdo con la distensión del conflicto. El presidente municipal dijo "distensión del conflicto" con dificultad, era evidente que el vocabulario que usaba le era extraño, una frase institucional aprendida ese mismo día, lo más probable es que al recibir la instrucción que nos comunicaba.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Como hacía todos los días, por la tarde regresé junto con los médicos y las enfermeras en una ambulancia a San Cristóbal de Las Casas. No podíamos quedarnos a dormir en ningún otro sitio porque en tal caso la institución que nos empleaba no se haría responsable de nuestra seguridad. Esa era la misma razón que daban para enviarme a Chiapas los lunes y regresarme los viernes, y también para enviarme en avión de Tuxtla a San Cristóbal, un gasto en hospedaje y traslados que me parecía excesivo e innecesario, sobre todo cuando las ambulancias estaban prácticamente desvalijadas y en las clínicas hacían falta hasta gasas.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Me habría gustado intercambiar opiniones con los otros miembros de las brigadas sobre la consulta de la que nos habían informado, pero no podía hablar abiertamente con nadie sobre mi simpatía por el e-zeta-ele-ene sin ponerme en riesgo. Por fortuna lo intuí desde el primer día. A fin de cuentas el ISSSTE no deja de ser una institución gubernamental. Que las brigadas médicas hacían una labor que pretendía legitimar las acciones de gobierno fue algo que pensé mucho después, no sin sentirme confundida: eso de que de buenas intenciones está empedrado el Infierno no es una idea sencilla cuando se es tan joven como yo lo era.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Esa noche en el noticiero vi lo de la famosa consulta, y si bien era ingenua no lo era hasta la desmesura, así que tuve claro que la intención era que el gobierno pudiera decir que la mayor parte de la población indígena en Chiapas estaba inconforme con el levantamiento zapatista. Harían por eso una votación, con boletas en las que únicamente se preguntaría si el votante estaba o no de acuerdo con "la distensión del conflicto". Me dormí pensando que la mentada palabrita "distensión" ocultaba una mucho más contundente: "represión". </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Sabía que no podría oponerme a que se colocara la urna en la clínica y mucho menos mostrarme inconforme abiertamente. Sabía también que no podría hacer gran cosa para evitar algo que me rebasa por completo, la represión del gobierno vendría de cualquier forma. Pero yo no estaba dispuesta a ser partícipe de eso, no podría evitarlo pero aunque fuera sólo para mi conciencia encontraría la manera de no ayudar; no hacer también es resistencia. Ya vería cómo: caminos para salirse de la vía principal siempre hay, y si no hay camino se hace vereda.</span></span></div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-41736168512453004392018-07-21T22:26:00.000-07:002019-06-14T14:50:02.087-07:00Memorias crónicas (Segunda parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuDEa9WRO4-4u-2q_2EuQE7l1TW52Ots_l-L7zvroNge3WJkCmajhVjKrlCt0edMHfJqftOZ3kOaX72BUqLp1N2AtbmxIDLoUrhP1YKgFjO1DBqqMPDp7WqAtL5hwIEDP4mMg6kEjXw1g/s1600/image04.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="591" data-original-width="471" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuDEa9WRO4-4u-2q_2EuQE7l1TW52Ots_l-L7zvroNge3WJkCmajhVjKrlCt0edMHfJqftOZ3kOaX72BUqLp1N2AtbmxIDLoUrhP1YKgFjO1DBqqMPDp7WqAtL5hwIEDP4mMg6kEjXw1g/s320/image04.png" width="254" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">La idea de realizar mi tesis sobre los sueños de las tejedoras <span style="font-family: inherit;">tz'utuhiles se fue diluyendo con los años. Me había alcanzado un golpe de realidad en cuanto manifesté esta idea en mi casa: "</span>¿Y de dónde sacarás el dinero para hacer varias temporadas de campo en Guatemala? Para hacer toda una investigación requieres de varias visitas y no es barato eso de andar cruzando a cada rato la mitad de este país, la frontera, y otro buen trecho de otro país", señaló mi madre que es experta en colocar los pies de cualquiera sobre la tierra. </span></span><span style="background-color: black; color: white;">"Además, ya estás en el último semestre y más te vale comenzar a hacer la tesis, no tienes tiempo para andar tan lejos", arremetió con la estocada definitiva. Aquel semestre lo pasé imaginando temas de investigación:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Haré mi tesis sobre algo de la comunidad gay.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-¿Eres gay?- preguntó mi madre con genuina curiosidad y ninguna preocupación.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-No, pero sí los amigos con los que luego me voy de fiesta y puede ser un tema interesante. No sé, pienso que estudiar las redes de apoyo con las que cuentan...</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Lo que quieres es la fiesta, hijita.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-La verdad sí.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-No vas a hacer gran cosa. Y para seguir de fiesta no necesitas inventarte una investigación.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Como casi siempre, mi madre tenía razón. Dejó de parecerme buena idea lo de estudiar algo con relación a la comunidad gay, no porque no sea interesante y necesario sino porque en realidad mis amigos fiesteros no ayudarían mucho a que terminara la tesis: no los veo tomando en serio mis entrevistas y por eso mismo los quiero. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Se me ocurrió después que podría hacer la tesis sobre la comunidad italiana en Puerto Escondido. La respuesta de mi madre fue una de esas miradas que lo dicen todo: si con los amigos que iba cada fin de semana a los antros gay de la ciudad no haría una tesis, mucho menos la haría en Puerto Escondido y rodeada de italianos. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Había pasado los años de Licenciatura con un ejemplar del periódico <i>La Jornada</i> en las manos, era en sus páginas donde leía los comunicados del e-zeta-ele-ene y las andanzas de aquel entrañable escarabajo llamado Don Durito de La Lacandona; era fan, al grado de comprar los libros de Marcos cuando se editaron. Un par de mis compañeras hacían su tesis sobre Los Caracoles, las comunidades autónomas que comenzaban a formarse en Chiapas. Yo me había puesto práctica y terminé haciendo una investigación en el pueblo de mi abuelo sobre un tema que entonces no me entusiasmaba, aunque fue donde inició mi interés por la antropología médica. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Título en mano tuve otra de mis ocurrencias: me iría a estudiar Literatura a Bogotá, al Instituto Caro y Cuervo. Por supuesto, había un colombiano de por medio, uno con el que hoy agradezco muchísimo que no prospera la relación. Pero no fue por eso que no me fui a Colombia, sino porque mi padre consideró que era pésima idea ir a estudiar a un país que en ese momento vivía la pesadilla de la violencia ligada al narcotráfico, aunque años después la superaríamos con creces en México.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">No recuerdo bien cómo fue la conversación con mi padre, pero sí que en un momento, con la intención de que no me dijera más, argumenté que no me quedaría en México porque no tenía trabajo para quedarme y en Colombia podía estudiar becada. Práctico y realista, como es mi padre, al día siguiente me llamó para decirme que por la tarde tenía yo una cita de trabajo con un funcionario del ISSSTE. El romance con el colombiano iba en picada, así que no me resistí mucho: obtener el empleo era un buen pretexto para no irme sin tener que confesar a mi madre lo que ella sabía, o sea que el colombiano era la razón ocurrente y que no había realmente ninguna otra para cumplir ese plan. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Acudí a la cita. Llegué puntual. La secretaria del funcionario me pidió que esperara. Esperé una hora. Como el funcionario no llegaba decidí marcharme. Le dije a la secretaria que me iba y que por favor le dijera al señor que lo estuve esperando. La secretaria me miró con sorpresa. Tiempo después entendí que no era usual que alguien que iba a pedir trabajo no esperara por horas, incluso por días, a un funcionario: vi muchas veces en el mismo sillón donde yo había estado sentada a personas con la esperanza de poder concretar una cita, escuché muchas veces cómo aquella secretaria les decía que el doctor no había llegado mientras él se escabullía de las oficinas por un elevador que no era visible desde la antesala...</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">En cuanto llegué a mi casa sonó el teléfono: la secretaria del funcionario llamaba para pedirme por favor que volviera, que el doctor ya había llegado y me esperaría. Regresé. El funcionario me miraba divertido, le hacía gracia que yo me hubiera ido. Para él eso era muestra de que yo no era "como los demás", siempre dispuestos a casi cualquier cosa por obtener su ayuda. Confieso que yo ni idea tenía de los usos y costumbres de la burocracia gubernamental, si me fui fue porque jamás imaginé que hacerlo era una afrenta, una que curiosamente me beneficiaba. Desde entonces sé que las personas con poder desprecian a quienes les hacen loas y que algunos respetan a quienes se niegan a rendir esos tributos simbólicos.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Eres antropóloga, ¿verdad?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Sí.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-No creo que te guste mucho estar en una oficina.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Pues, no, me parece que no es algo que pueda gustarme.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-¿Qué se te ocurre que puede hacer un antropólogo en el ISSSTE?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Antropología médica.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-¿Y eso qué es?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Me extendí en la explicación. Supongo que lo hice bien porque lo siguiente fue una propuesta concreta:</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-¿Estás enterada de lo que sucedió en Acteal?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-Sí, claro.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Vaya que estaba enterada. Enterada e indignada. El horror, la saña, los detalles escabrosos de lo sucedido a miembros de Las Abejas me había tenido en vilo por varios días. Recuerdo que me impactaron mucho los testimonios de los sobrevivientes; uno de ellos nunca lo olvidaré: "a las mujeres embarazadas les abrieron el vientre, gritaban que no había que dejar semilla".</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;">-A raíz de eso hay mucha población desplazada de sus lugares de origen en Los Altos de Chiapas. La Secretaría de Salud ha dispuesto brigadas médicas para atender a esa población. El ISSSTE enviará algunas brigadas, sería bueno tener una antropóloga que acompañe a los médicos y los asesore en cuestiones culturales. Trabajarías allá, ¿qué te parece?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Me pareció muy bien . Mi primer trabajo en forma hizo que durante casi un año viajara todos los lunes a San Cristóbal de Las Casas y regresara a la Ciudad de México todos los viernes, cada día entre semana lo vivía en algún poblado de Los Altos de Chiapas y terminaba con un buen café. ¿Podía pedir más?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;">Las experiencias junto a las brigadas médicas contrastaron siempre con la hermosura de los bosques neblinosos de Chiapas; la miseria es horrible incluso donde hay bellos paisajes. </span><span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Sí, sí podía pedir más: q</span></span><span style="background-color: black; color: white;">uería (y aún quiero) un país distinto; creía (y durante mucho tiempo lo creí) que el e-zeta-ele-ene podía cambiarlo.</span><span style="background-color: black; color: white;"> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Imagen tomada de: https://www.cityexpress.com/blog/un-viaje-al-corazon-del-bosque-de-niebla-chiapas</span></div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-36142685655019129872018-07-21T16:55:00.001-07:002019-06-14T14:43:49.967-07:00Memorias crónicas (Primera parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjz5s9SCQMaTDs7N0bXDkmh2WKA4DzthJjuMb7rufifLZSbZoSeSEwpppLQPWkx9s-nbMTcYZhTl3Hma4O3G0E_rK6gtZbPyUAR0kJ_VaSARS1oZXiws16fvVzoGQOyabwmEmZYh9HTnI/s1600/foto-13.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjz5s9SCQMaTDs7N0bXDkmh2WKA4DzthJjuMb7rufifLZSbZoSeSEwpppLQPWkx9s-nbMTcYZhTl3Hma4O3G0E_rK6gtZbPyUAR0kJ_VaSARS1oZXiws16fvVzoGQOyabwmEmZYh9HTnI/s320/foto-13.jpg" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Crucé la frontera el 1 de enero a media tarde. Había terminado una de las primeras prácticas de campo que hice siendo estudiante de la Licenciatura de Etnología. Regresaba a casa sin más que el dinero para pagar un café y algún pan, una noche en el hostal y el boleto del avión que me devolvería a la mañana siguiente a la Ciudad de México. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Había pasado un mes en Guatemala, a orillas del Lago Atitlán que incluso años después siguió apareciendo en mis sueños con las aguas bordadas. Pensaba en la posibilidad de hacer mi tesis sobre los sueños que aseguran tener las tejedoras tz'utuhiles de San Pedro y que luego plasman en maravillosos textiles.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Hacer trabajo de campo en una localidad donde más de la mitad de sus habitantes habían sido asesinados no fue fácil. Las fotografías de hombres y mujeres en las paredes del palacio de gobierno local daban testimonio de las masacres que llevaron a los sanpedrinos a sacar al ejército de su poblado y a hacerse cargo ellos mismos de su seguridad. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Las tejedoras con sus telares amoldados a la cintura hilaban lo que habían soñado: patrones coloridos, trazos del universo y sus confines. Me sentaba cerca para observar su trabajo y pescar al vuelo los fragmentos en español que me lanzaban mientras entre ellas hablaban en su idioma. A veces me parecía difícil distinguir los hilos entre sus manos de los que se asomaban por trechos entre sus trenzas.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Mezclaba yo junto a aquellas hilanderas los sueños y las telas, como si la lana proviniera de algún lugar en su interior; de algún modo era así: se hacía hebra en su cabeza mientras dormían, bajaba después a las entrañas para entintarse y sólo cuando eran una misma criatura tejedora y telar los hilos de colores aparecían entre sus manos. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Maximon, el Santo que se fugó de la Iglesia estaba por todas partes. De noche sobre todo, me aseguraban. Hay que andar con cuidado porque Maximon tiene muchas mañas, fuma y bebe, “y si te mira canché y colocha te le puedes antojar”. Un carpintero me regaló una figura de Maximon, tanto preguntaba yo por él que decidió hacerme uno para que me cuidara. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-¿Pero cómo me va a cuidar?, de él me dicen puras cosas malas.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-No creas mucho, hace maldades pero también cura. Eso sí, hay que tenerlo en su casa y contento, darle su cigarrito y sus copitas, porque antes de ser santo fue un hombre malo, un ladino.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">El resto de las historias me estremecían. San Pedro Atitlán formó parte de lo que hoy se reconoce como genocidio. Pueblo chico, al fin y al cabo, los muertos no eran desconocidos: asesinaron a sus padres, a sus hijos, a sus hermanos, a sus primos, a sus compadres, a sus amigos. Los mataron en la milpa, en la plaza, en la tienda, los mismo de día que de noche, en la tarde, de camino al monte o a su regreso. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-El ejército nos emboscaba. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-¿Por qué? </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Por matarnos. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-¿Pero por qué razón mataban a la gente?</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Los soldados no necesitan razones. Decían que buscaban guerrilleros pero mataron niños y mujeres. A las mujeres las violaban primero. Mataban parejo, mataban por matar. Hasta que nos juntamos todos y los sacamos del pueblo.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">A mi regreso cargaba la mitad de mis cosas porque las de la otra mitad las obsequié a quienes me las habían pedido, pero traía también conmigo esas historias que no eran mías… y pesaban. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Luego de encontrar hostal para pasar la noche me senté en una cafetería en el centro de Tapachula para cenar ligero porque no alcanzaba para más, ya comería bien en mi casa al día siguiente. Alcancé a pedir un café cuando se me acercó un muchacho, traía una guitarra. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-¿Te canto algo?</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Te diría que sí, pero no traigo dinero para pagarte, apenas me alcanza para el pan ahora, ya cuando llegue a mi casa comeré algo más. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Así ando yo también. No traigo nada. Pero mi casa está bien lejos, soy de Costa Rica, ando sin papeles. Me quiero regresar pero no puedo, no tengo con qué ahora. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Un café sí te invito, siéntate</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-¿Y tu pan?</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Me alcanza para mi café, otro para ti y el pan lo partimos en dos. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Siguió una larga charla que a él le sirvió para desahogarse, según me dijo, y a mí para dejar de pensar en los muertos que había del otro lado. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Por la mañana, cuando salía del hostal para ir al aeropuerto el muchacho de la guitarra estaba en la puerta, me esperaba. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-“Oye, ayer salió una serenata y me pagaron. ¿Tienes tiempo?, te invito a desayunar y te acompaño al aeropuerto.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-¿Cómo crees? </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Así nada más, creyendo. Anda, ayer me invitaste un café y yo nadita había comido, acéptame la invitación.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-Está bien, pero vamos ya porque tengo que llegar al aeropuerto y ni sé cómo irme. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">-“Yo te llevo y hasta aprovecho para echarme unas cantadas”. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Así fue: luego de desayunar llegué al aeropuerto en camión y entre canciones con erres arrastradas de un tico ilegal que espero haya podido volver a su casa.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Ya en el avión agarré un periódico. Sólo entonces me sorprendió la noticia con la que el día anterior había despertado el país ese recién nacido 1994: un ejército indígena se había levantado en armas. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Recuerdo una caricatura: Carlos Salinas de Gortari, entonces Presidente de México, levantaba una copa para brindar por el inicio del Tratado de Libre Comercio; una bala atravesaba la copa. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">El Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, el e-zeta-ele-ene, hacía presencia. ¿Quiénes eran?, ¿de dónde habían salido? </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Se me mezclaron las historias sobre indígenas rebeldes y territorios autónomos, San Pedro Atitlán en Guatemala y Los Altos de Chiapas en México. </span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: black; font-family: inherit;"><span style="color: white;">Los muertos propios vendrían después, ya no serían el recuerdo de una temporada de campo en un país que no era el mío, comenzaría a encontrarme sus historias sin cruzar fronteras.</span></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span><br />
<span style="font-size: xx-small;">Imagen tomada de: http://espirituviajero.com/lago-atitlan-guatemala-corazon-del-pueblo-maya/</span>Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-64622342286009948172018-05-01T14:09:00.003-07:002018-05-01T14:09:45.069-07:00Un árbol en las tripas @<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg95oyZJi5EEOIcwOxzbKk1GFFJhzjNzx6ChEXIKq0SzQjK-fCw3cfmpqKXGJHhEdEe7ZH7sev5HZn3fWe2NJoYY5_diGvRC0QdztFEiJ1TE-_zRPJPaNAQJ02uBpVfn56w7XRi19MEOeg/s1600/mujer-arbol-de-stefano-morri.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="390" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg95oyZJi5EEOIcwOxzbKk1GFFJhzjNzx6ChEXIKq0SzQjK-fCw3cfmpqKXGJHhEdEe7ZH7sev5HZn3fWe2NJoYY5_diGvRC0QdztFEiJ1TE-_zRPJPaNAQJ02uBpVfn56w7XRi19MEOeg/s320/mujer-arbol-de-stefano-morri.jpeg" width="312" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small; text-align: start;">Ilustración: "Mujer-árbol" de Stefano Morri.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"No hay que comerse las semillas de las naranjas porque te crece un árbol en las tripas", solían decirme cuando yo era niña. Lejos de asustarme, la posibilidad de albergar dentro de mí un árbol que diera naranjas me entusiasmaba; pronto tuvieron que explicarme la mentira porque desde que me la habían dicho yo ponía especial atención en tragarme las semillas, incluso las juntaba para luego pasármelas con agua como si fueran píldoras.</div>
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<br /></div>
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Me decepcionó saber que en realidad el potencial naranjo era aniquilado al interior de mis entrañas, pero no dejé de pensar que era linda la idea de tener en la panza hojas, ramas, flores y frutos, de llevar por dentro un jardín al que luego en mis letras agregué montañas y acantilados, lagunas, ríos, mares, selvas completas. </div>
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<br /></div>
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Me pienso siempre resguardando el paisaje que soy, escombrando las cuevas que descubro en alguna de las incursiones tierra adentro: si polvo seré, me digo con frecuencia, he de ser uno lleno de semillas que broten un día cualquiera, cuando ya no esté yo en este mundo, pero quizá sí alguna palabra caída como las flores cuando hay tormenta. </div>
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<br /></div>
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Me gustaría que mi recuerdo fuera naranja en las tripas de alguien que como yo se negó desde niño a cultivar miedos, que supo tragarse como píldoras los propios para aniquilarlos en un sitio de su interior incierto, que suele irse de excursión tierra adentro, que halla cuevas recién abiertas que escombra antes de sentarse un rato a mirar lo que de sí ha hecho.</div>
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<br /></div>
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Confieso: sigo comiéndome las naranjas con todo y sus semillas, sigo creyendo que no está mal intentar el huerto, incluso cuando de antemano sepa que no es posible; las utopías también dan flores, ramas y hojas, jugosos frutos para el hambriento. </div>
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<br /></div>
<br />
<br />Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-63221741812084179002018-05-01T12:23:00.002-07:002018-05-01T12:23:42.741-07:00Si mi casa fuera@<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghu_xpMLkb3reWPHUmRxQQeg0OxULLkoGqf0kd-k3tIRNqntrYydWqbu_tKZoacMakI2Lo0BsypgUs450XFCGGiMLQ-GW-CIt9jcflKO-Q4sArmCU1QJMpfVti0CytDNQ4tKUSqvEd7TY/s1600/casa.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="256" data-original-width="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghu_xpMLkb3reWPHUmRxQQeg0OxULLkoGqf0kd-k3tIRNqntrYydWqbu_tKZoacMakI2Lo0BsypgUs450XFCGGiMLQ-GW-CIt9jcflKO-Q4sArmCU1QJMpfVti0CytDNQ4tKUSqvEd7TY/s1600/casa.jpg" /></a></div>
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Si como Pita Amor he sido mi casa, he de decir que los techos se me derrumban con frecuencia, que suelo claudicar ante mí, desvencijada cuando la melancolía se apodera de la habitación principal de mi existencia. Pero donde cae el techo, entra el sol y yo sé mirar al cielo. </div>
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<br /></div>
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¡Métafora jodida!, la casa es lugar común y existir el más habitual de los objetos que la decoran; al final se nos hace la vida ornato: en un descuido terminamos sembrados en un pedazo de poliestireno como las flores de plástico.</div>
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Si antes supe hacer de mis heridas el más permanente de mis conocimientos fue porque reconocerme en los pedazos era vital para la construcción a la que todo lo que ha sido devastado a destiempo está obligado. </div>
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<br /></div>
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No sólo supe encontrarme cada porción lastimada: no eludía el dolor y si el olvido sobre él se había posado sin darme cuenta me daba a la tarea de recordarlo con la mayor precisión posible. Me hice experta: sabía cortar con exactitud sobre la cicatriz sin dejar ni seña, haciendo que fuera la misma herida que tuve antes para verla sangrar del mismo modo en que recién nacida debió sangrase.</div>
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No derrumbé los muros, no es mi estilo, los recorrí con paciencia quirúrgica y actué en consecuencia. Pasé las palmas de mis manos por cada pared hasta notar cambios en la temperatura. Aprendí a escuchar el murmullo del agua fuera de cause de las tuberías dañadas. Encontré no pocas madrigueras y logré hacer huecos sin comprometer estructuras. Coloqué trampas y capturé mis miedos. </div>
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<br /></div>
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Del cascajo levanté ruinas, "éstas que ves", diría Jorge Ibargüengoitia. No hay sitio alguno en mí del que me arrepienta, incluso encontré gusto a mostrar de lleno las cicatrices, al fin y al cabo hay vestigios cuyo valor nos representa. </div>
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<br /></div>
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Luego me dio por alumbrar cada espacio, dolido o no: es bueno que esté clara la diferencia, conocerse palmo a palmo, no dejar para después el lugar que se niega a ser visto, alumbrarlo hasta el punto de enceguecerlo.</div>
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<br /></div>
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Si la casa está bien, lo que sigue es el patio; tierra y semillas, agua cada tanto. Una casa con plantas da cabida sin pretextos a la alegría. ¿Quiere saber si estoy bien?, ¡míreme cultivando!, ¿quién podría ser su casa entristecida si se volvió de madera y está florecida? </div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-57558489559079076742018-05-01T11:47:00.000-07:002020-04-30T15:49:50.425-07:00Lechuza@<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjh9sbskjSteN9Ol5c12Hrf9WqAe4c4DdWDrBudD9_DVGajLV0ScpJimhG-g3KsfXutN5VuFFxeOBqX1hGW0wJ5B351V8a1HdrNPdEvbynmJ4-E1NOtUPCxOgtlNK7gguW0uNMy_tBnxA/s1600/lechuza.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjh9sbskjSteN9Ol5c12Hrf9WqAe4c4DdWDrBudD9_DVGajLV0ScpJimhG-g3KsfXutN5VuFFxeOBqX1hGW0wJ5B351V8a1HdrNPdEvbynmJ4-E1NOtUPCxOgtlNK7gguW0uNMy_tBnxA/s1600/lechuza.jpg" /></a></div>
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Tener un pájaro herido dentro del corazón puede ser un verdadero calvario: como trae las alas quebradas recuerda que también tiene uñas y se vuelve gato. Tener un gato enfurecido en el corazón, ¡madre mía!, no lo deseo para nadie, en especial no lo deseo para mí que lo traje algún tiempo alebrestado... ¿De dónde salió esa criatura que maúllaba alada, que rasguñaba en dos patas, que me rompía por momentos?, nunca supe si era ave o felino, o las dos cosas.</div>
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<br /></div>
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"¿Qué te duele?", me preguntaba; desde el otro lado del espejo respondía con un maullido y el crujir de las plumas que se me habían resecado. Me dolían las patas del gato y el pico del pájaro, me asustaba la furia de ambos cuando eran uno en ella, me enojaba no saber de dónde provenía esa fauna rara y funesta.</div>
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<br /></div>
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Me arme de valor y un día hice el reto: "entonces, ¿qué?", me dije frente al espejo. Respondí con certeza inusual: "¡ya verás!, descubriré cada palmo de mí hasta encontrarte para mirarte de frente, ¡así sea necesario volverme jirones!; te llamo pájaro o gato porque de ti escucho algo que se les parece, pero nada se ve, no me encuentro los bigotes ni el canto". </div>
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Nada hay más difícil que mirarnos la sombra: aluzamos el rincón donde se esconde, camaleón de partículas luminosas; para verla hay que aprender a mirar de noche, como los gatos, y a tomar con las garras presas escurridizas, como las aves nocturnas. Por eso me sostuve en el insomnio con disciplina cuando tuve que rearmarme: cometí rapiña y me hice lechuza.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-39741670762638799162018-05-01T11:23:00.002-07:002018-05-01T11:23:44.213-07:00Las cosas de mi abuelo (sexta parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJz1P-M7BhJxcV6AHMbRKI5zUmM0wri-Cr7v5WwyBkvW0eJWompd1WI3fPieyXSoxxKtTWjfKJVxHjKKM9Fq41ZGRgz1bLjGoBUUdWgbGR2U3gnlUQTZk1ONfp-G-qqNWI5uTNJY1wx8w/s1600/fruta+de+horno.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="700" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJz1P-M7BhJxcV6AHMbRKI5zUmM0wri-Cr7v5WwyBkvW0eJWompd1WI3fPieyXSoxxKtTWjfKJVxHjKKM9Fq41ZGRgz1bLjGoBUUdWgbGR2U3gnlUQTZk1ONfp-G-qqNWI5uTNJY1wx8w/s320/fruta+de+horno.JPG" width="320" /></a></div>
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Mis tiempos de niña están llenos de sabores, todos ellos ligados al dulce recuerdo de mi abuelo. Las personas que lo conocieron aseguran que mi abuelo era tan bueno como el pan; y sí, lo era, pero no como cualquier pan: su bondad era como el pan rústico de su pueblo, con olor a leña, de textura suave pero no liviana, de sabores fuertes más que delicados.</div>
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<br /></div>
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Incluso luego de años de vivir en la ciudad mi abuelo no dejó de ser un hombre de campo. Por eso para él la virtud de la comida estaba en que fuera nutricia, un buen alimento para el cuerpo más allá del placer que, sin embargo, él encontraba en verdad gustoso cuando comía. ¡Nunca he visto a nadie comer con tanta alegría como a mi abuelo!</div>
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<br /></div>
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Para mi abuelo no había peor traición que la del engaño culinario: el pan de caja comercial le parecía una estafa malévola, solía aprisionarlo entre los dedos milímetro a milímetro hasta dejarlo tan delgado como una hostia; decía entonces con real indignación: "¡puro aire!, pan de nada". El café instantáneo era criticado sin falta en caso de aparecer sobre la mesa: "Noescafé, debería llamarse esta agua de calcetín", sentenciaba con decepción.</div>
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<br /></div>
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Nada más llegar al arco que anuncia la entrada al "Relicario de amor" que es para sus paisanos Santa Ana Tianguistengo, el pueblo de mi abuelo, nos hacía bajar del camión para comprar en la primera tienda una fruta de horno. Las galletitas de maíz espolvoreadas con azúcar se amontonaban dentro de una cristalera sobre el mostrador, eran extraídas con sumo cuidado por el dependiente con ayuda de una pinza para pan y puestas sobre un cuadro de papel estraza. Cuando cada quien tenía la preciada golosina en su poder echábamos a andar rumbo a la casa que nos esperaba para alojarnos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No concibo hasta la fecha esa caminata sin la compañía en el paladar de la masa grumosa de aquellas galletas; sólo entonces podíamos sentir que habíamos llegado y yo olvidarme del mareo que me provocaban las múltiples curvas de la carretera, a pesar del limón que mi abuelo me hacía comer durante el viaje, a pesar del juego en el que me aventuraba guiada por mi abuelo: "mira bien lejos, hasta el último árbol, así no te mareas".</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En su pueblo, mi abuelo visitaba casas como se visitan iglesias, religiosamente aparecíamos en cada una de las de sus parientes. En otro lado he contado que mi abuelo solía llevar plantas medicinales a la gente de su pueblo, pero hace falta decir que, a cambio, él y nosotros recibíamos viandas diversas. No había vino de consagrar pero eramos bendecidos por el aguardiente de mora y por la mezcla divina de queso, masa y azúcar de los "cielitos".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por las mañanas, mi abuelo no perdonaba un buen café con leche, los huevos revueltos con pemuches (flores del colorín) y un par de enchiladas bañadas en salsa de chile guajillo y con queso fresco por encima. Hacia la tarde, su guiso favorito era el pollo con xala (pipián de semillas de calabaza) con frijoles de surco aderezados con hojas de aguacate, todo eso acompañado de tortillas hechas a mano, salsa de molcajete y las suculentas gorditas de alverjón con hierbabuena. En la noche no podían faltar los tamales. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los jueves, día de plaza en Tianguistengo, el festín era obligado. Si hacía calor, íbamos en busca de quien vendiera axocol (agua de piloncillo con hojas de naranjo y maíz); bien frío curaba hasta el alma. No había poder humano que hiciera que mi abuelo renunciara a comer una segunda porción de zacahuil (el enorme tamal de la huasteca, de maíz martajado y cocido en horno con leña). Mi abuelo le hacía los honores a su pueblo comiendo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En la Ciudad de México, de mi abuelo tengo otros sabores en la punta de la lengua: el de las gomitas de regalíz, el de los caramelos anisados y el del ruibarbo; no concibo el tipeo de los escribanos de la Plaza de Santo Domingo sin recordar a lo que sabía la cerveza de raíz. Mi querido abuelo era como un mago nutricio: de sus bolsillos aparecían dulces, frutas y semillas. Ofrecía las golosinas como quien aparece un conejo del fondo del sombrero, con la misma expresión expectante de la felicidad que en mí produciría: "te traje un higo", decía, y yo saltaba literalmente de alegría. Heredé de él la costumbre de meter en mi bolsa alimentos extraños (ahora mismo un dulce de camote hizo estragos dentro de ella) y brindarlos como el bien, sin mirar a quién. </div>
<br />
<br />Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-5310111679210111532018-03-03T20:29:00.001-08:002020-04-30T15:03:43.261-07:00Mientras haya flores ©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhahcLgfD_cpfmk4AyoccOv0dxrymzBc_vFwZsF8f30Ys9gFtwMs0GhDWAE71mkWkeiYXPB9EAMniOMthwStaqddHw1ko_snCbVVl2jsmMWmBac28tdAZy9rRAq7OzN7VfPmVSJ_eLgNdw/s1600/jacinto.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="225" data-original-width="225" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhahcLgfD_cpfmk4AyoccOv0dxrymzBc_vFwZsF8f30Ys9gFtwMs0GhDWAE71mkWkeiYXPB9EAMniOMthwStaqddHw1ko_snCbVVl2jsmMWmBac28tdAZy9rRAq7OzN7VfPmVSJ_eLgNdw/s320/jacinto.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
He visto volar mi sombrero a ras de piso en la calle más larga del fin del mundo. Corrí tras él, por supuesto, y por supuesto también corrieron detrás de mí las risas de un grupo de chicos que hacían de mi ridículo el más preciado de sus tesoros.<br />
<br />
Para mí esos días fueron de poca alegría, me invadía una tristeza profunda que había logrado meter en la maleta con toda la intención de dejarla por ahí perdida. Por eso el sombrero era tan importante, iba a perder lo que me quedaba luego de haberme perdido yo.<br />
<br />
¡Un viento fueguino intentaba arrebatarme de la cabeza aquello que la cubría!, ¡sin pedirlo!, ¡a mí que estaba más que dispuesta a dejarle todo!... en su momento, donde yo decidiera, no a media calle porque si fui hasta el final era para no andar dejándome, como solía, a la mitad de todo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No era lo único que tenía: ni la tristeza ni el sombrero se dejarían abandonar, ni yo estaba tan extraviada como creía. Pero eso lo supe después, frente a un bloque de nieve compacta que me hizo los honores de mostrarme que hay que caer haciendo estruendo y salir a flote con ligereza (otra historia a medias contada que un día cualquiera reclamará el final feliz de los hielos que navegan).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquella caída, a media calle y en pos de un sombrero que no terminaba de aterrizar, encontró su estruendo en las risas que se multiplicaron cuando los chicos reunidos me vieron volver cojeando, con las rodillas sangrantes y en una mano el sombrero maltrecho de mi aún muy viva tristeza. No pude evitarlo, me puse a llorar. Se hizo el silencio. Supongo que hay risas que no se dan bien en las aguas. Sé que me miraban pero yo no los miré.<br />
<br />
En ese entonces miraba poco a las personas porque no lograba devolver las sonrisas. Constatarlo hacía más grande mi pena y lloraba, haciendo que la gente se sintiera desvalida por no saber que era yo quien desvalida estaba, que no me herían sus sonrisas, que siempre lloraba, que era yo y el inagotable llanto de una tristeza muy jodida. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por no mirar a la cara a aquellos chicos, miré a mi costado y entre lágrimas descubrí que me había sentado en el medio de un maso de tulipanes. Lloré más: apenas podía mantenerme en pie para continuar en la vida y en el intento rompía las flores a mi paso. Saber que dañaba cuando lo último que quería era más daño me hacía sentir desolada, pero también valiente. Me quedaría en el mundo, lo decidí en un instante, en su final anidaría mi principio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De regreso a casa algo de la tristeza conservaba en el cuerpo, mucha menos, al final dejé la mayor parte junto al sombrero, lo eché por la borda de una pequeña embarcación al mar, justo cuando logré sonreír por la manera en que caminaba un pingüino. Ya no lloraba, pero se prolongaban mis silencios, miraba y sonreía pero me costaba hablar, prefería no hacerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi madre me hizo entonces un regalo que yo encontré excéntrico: un florerito de vidrio que se angostaba por el cuello y volvía a ensancharse; había un bulbo reseco sobre él, blanco y redondo, parecía muerto o a punto de estarlo. "Es un jacinto", me dijo al tiempo que ponía agua en el florero y me explicaba que debía mantener el agua sin que tocara el bulbo. "¿Y yo qué hago con esto"?, pregunté extrañada. "Nada, obsérvalo", contestó sin entrar en más detalles.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A los pocos días noté que al bulbo le salían raíces, poco a poco se alargaban para alcanzar el agua que estaba a pocos centímetros de ellos. Comencé a sentir curiosidad y ganas de que no muriera: todos los días acudía a mirar el jacinto y siempre me regalaba algo nuevo; las raíces ya se hundían en el agua y en la parte de arriba crecía una protuberancia verde, un poco pálida. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Seguí observando, no tardó mucho en hacerse notar planta incipiente, y luego hojas, y más tarde una montoncito de flores diminutas en capullo. Ya no era "el jacinto", era "mi jacinto": no había día que no pensara sonriendo en la posibilidad de atestiguar cómo se abrían las flores. ¡Eran azules! ¡Olían tan rico! ¡Estaba vivo!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando salía a la calle seguía caminando ensimismada y en silencio, miraba al piso. Un día, al pie de un árbol noté que había flores tiradas, miré hacia arriba. ¡Había florecido la jacaranda que desde niña he visto! No cabían de violeta alegría sus ramas.<br />
<br />
Dentro de mi casa el jacinto y yo salvábamos la vida, eso ya lo sabía; con la jacaranda supe que la vida estaba aunque yo no la salvara. Solté el pedacito triste que aún me habitaba. Me encontré en los milagros. Mientras haya flores no hay tristeza que la vida valga. </div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-57155322836652875242017-12-08T13:49:00.003-08:002017-12-08T13:49:25.700-08:00Zurcir la pena ©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtPhDYkwhnhutzxoZkEbYDf-zKufk7zyKdb8oZgZo_ExMVw2F7WNC4l5aqMz4tTGNLEJLwGcqnOjA8DuPW2y60PDK44A2oKDXHZyAD6j_W-4Bm9aDuYwFCmbt3vfa_kUGZv60xslwlHLU/s1600/mujer-viento.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="924" data-original-width="1406" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtPhDYkwhnhutzxoZkEbYDf-zKufk7zyKdb8oZgZo_ExMVw2F7WNC4l5aqMz4tTGNLEJLwGcqnOjA8DuPW2y60PDK44A2oKDXHZyAD6j_W-4Bm9aDuYwFCmbt3vfa_kUGZv60xslwlHLU/s400/mujer-viento.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: x-small;">"Mujer-viento" Imagen tomada del blog de Paula Heredia</span></div>
<br />
Soy madeja.<br />
En esta revuelta<br />
dejé de buscar<br />
una punta de hebra:<br />
es lo mismo el pedazo<br />
de la hilacha si vuela.<br />
<br />
Principio y fin.<br />
No puede ser de otro modo<br />
en el medio del todo.<br />
<br />
Puedo a veces soltar,<br />
de entre todos los hilos,<br />
un pequeño nudito<br />
que acaba abrazado<br />
en la esquina siguiente<br />
del telar que desgarro.<br />
<br />
Me hago garras.<br />
No puede ser de otro modo<br />
cuando se es tela vieja.<br />
<br />
A retazos suelo cubrirme<br />
de pies a cabeza<br />
después de la burda batalla,<br />
en el vértice de costuras añejas,<br />
donde todo es un lío<br />
con el suelo en la testa.<br />
<br />
Tengo y soy un diminuto caos:<br />
hilitos rotos sin andar a la deriva.<br />
En el centro el vacío,<br />
vórtice herido: una huella dejada<br />
por la mano siniestra<br />
que, maldito el día, eligió hacerme hueca.<br />
<br />
Soy la orilla y el hoyo.<br />
No puede ser de otro modo<br />
cuando no se es completa.<br />
<br />
A pesar de aquel yerro,<br />
y del hierro candente<br />
en un tiempo que fui<br />
lo mejor que podía,<br />
me encontré los vestigios<br />
que ahora tejo entre el fuego.<br />
<br />
La ceniza es la brasa.<br />
No puede ser de otro modo<br />
cuando se hace rescoldo.<br />
<br />
Aunque sea con despojos<br />
de aquello que fui,<br />
sigo siendo con ellos<br />
lo mejor que he podido.<br />
No está mal este oficio.<br />
<br />
Hilandera perpetua.<br />
No puede ser de otro modo<br />
cuando zurces la pena.Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-59029605172718137092017-11-04T22:03:00.002-07:002017-11-04T22:03:25.270-07:00Retales©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjofCbQPZMaLbxtK5ixtEgYsBZetveu0lqaqKQfx3tqzkYh2bmX9DQKxeIjnFgWYO7WS-IDUIeXEmC-Lucwe-zd284HFP4pwOUC85sq3UxSEnGIMrANAEujholjbMQsfAlhsx5M1UCMf_s/s1600/descarga.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="212" data-original-width="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjofCbQPZMaLbxtK5ixtEgYsBZetveu0lqaqKQfx3tqzkYh2bmX9DQKxeIjnFgWYO7WS-IDUIeXEmC-Lucwe-zd284HFP4pwOUC85sq3UxSEnGIMrANAEujholjbMQsfAlhsx5M1UCMf_s/s1600/descarga.jpg" /></a></div>
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Por alguna razón que no es sino manía, a mis muertos los recuerdo a retales. </div>
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<br /></div>
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Mi abuelo fue el primero en hacérseme difunto; con él se fue también el primer botón de su abrigo de pana gruesa, pero quedó la memoria intacta de aquella tela cubriendo el pedacito que yo solía acariciar mientras él me mecía en su regazo. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Años más tarde le dio por matarse a un amigo, el primero que quise con toda la entraña, tanto que no me costó nada perdonarle su muerte: uno no se cuelga de la nada, aunque por un tiempo haya sido yo la que se quedó de la nada colgada. La textura de la cuerda blanca (que no vi pero supe enredada en su cuello), se quedó como parte del recuerdo; también las flores pequeñitas de la camisa azul que vistió para morirse y el color rojo quemado de la que llevaba cuando me pidió que lo fotografiara sentado sobre una tumba.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego vino la muerte anunciada de quien era mi maestra: conforme avanzó la quimioterapia fueron más sofisticados sus turbantes; uno en particular se empeña en hacerse presente cuando la pienso: de color negro, combinaba a la perfección con el listón del sombrero blanco. No supe cómo se sentía, ni ella ni la tela que cubrió su cabeza; cuando le pregunté contestó que de sentir no se trataba este asunto sino de que lo que dejaba lo dejaba contenta. Nunca perdió el estilo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace un poco menos, se marchó la reina de mis muertos: su cuerpo menudito y desgastado se escondía bajo montones de tela, siempre de colores. Entre mis manos los vuelos de su falda eran como una fiesta: me hacía tocarlos porque le gustaba que yo le dijera lo bonito que se sentía el pedazo de encaje de las orillas. Tenía corona (una de flores de aluminio que luego le puso a la Virgen del altar frente al que curaba) porque de muchacha bailaba la danza de Moctezuma. Jamás se descubría la cabeza porque por ahí entra el daño a quienes tienen la curación por mandato; será por eso que recuerdo la lana abultada de sus gorritos viejos.</div>
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<br /></div>
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Tengo la fortuna de que sean poquitos mis muertos; todavía puedo con sus retales hacer un lienzo.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-12033589646235514122017-07-19T17:29:00.000-07:002017-07-19T23:41:55.204-07:00La cantaleta ©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr77AdOeXZJLZm7gNpbAeKgtYtmnjPt5MNQeYxm6uioOWCpALzC0l3M1OOSVDiFT5XHJKGJ6uza_hMKrhNTSJOQdMSMaKSlRu1ZtwI9r60t115jb7-4sFYLIqnOR7q7o1S6Moem1EfgNI/s1600/Cantaleta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="670" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr77AdOeXZJLZm7gNpbAeKgtYtmnjPt5MNQeYxm6uioOWCpALzC0l3M1OOSVDiFT5XHJKGJ6uza_hMKrhNTSJOQdMSMaKSlRu1ZtwI9r60t115jb7-4sFYLIqnOR7q7o1S6Moem1EfgNI/s320/Cantaleta.jpg" width="286" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Eso de dejar en libertad a mi niña interior me sale fatal. Se lo advertí a Ramiro pero él insistía. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Eres muy rígida, no te sueltas, Araceli, por eso luego andas que no te la acabas. Mira cómo yo he cambiado desde que me solté.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Vaya que has cambiado, Ramiro!, ¡vaya que sí! </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La cantaleta de la rigidez aparecía a cada rato, al grado que llegué a pensar que lo rígido era que así me considerara, pero él contestó que ese pensamiento era la prueba de que me hacía falta soltarme un poco. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
He sido la más flexible con él. No se la hice de tos cuando dejó el trabajo en la constructora, me mostré comprensiva cuando me dijo que no era lo que le hacía feliz, apoyé su decisión de cambiar de rumbo... ¡Vaya rumbo! Al final hasta acepté ayudarlo con lo del famoso experimento.<br />
<br />
****</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Necesito tu ayuda, no me darán el certificado si no practico lo que me están enseñando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Practica en el espejo.<br />
<br />
-No seas así, ándale.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Comenzaba de nuevo con el asunto de liberar infantes atrapados en el interior de nosotros, los aborrecibles y muy aburidos adultos. La cantaleta de nuevo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Anda, Araceli, si me ayudas le mostraré al mundo que mi acompañamiento como coach puede cambiar la vida de cualquiera. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Pero, ¿por qué yo?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Digamos que eres un caso paradigmático.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Vaya!... ¡Bonita manera de decirme que estoy loca!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No conozco a nadie que sea más rígida que tú.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Ah!, ¿sí?, ¿cómo es eso de ser rígida?, dime...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Pues así, como eres. Digamos que tu niña interior está enjaulada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Enjaulada... Ya veo...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Bueno, todos tenemos jaulas en las que metimos a los niños felices que un día fuimos, pero es que tú...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Yo, yo qué?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Tú no le has dejado ni una pequeña puerta a esa jaula, ¡vamos!, ni una ventana, no le das chance a tu parte creativa y divertida de asomarse.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Asomarse, ¿a dónde?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Ves?, ¡piensas todo el tiempo como adulta!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Debe ser porque me dio por crecer y ahora soy adulta...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
****</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde que comenzó con eso de que se certificaría me tenía abrumada. La mafufada esa del coaching me sacaba de quicio desde el nombre, ¿qué les costaba nombrarlo "asesoría"?, tan sencillo, tan bonito el español. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Quién te ha hecho pensar a ti que yo me prestaré a contarte vida y obra como si fueras mi psicoanalista, Ramiro?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No como si fuera tu psicoanalista. Esos cabrones no más te sacan el dinero, te tienen años acostado en un diván apuntalando tu autoconmiseración para que salgas de su consultorio cada vez más miserable. El "coaching" es distinto, te empodera, hace que tomes las riendas de tu vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Pero si tú lo que quieres es que yo las suelte!, ¿no dices que soy muy rígida?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Bueno, lo que pasa es que para tomar las riendas de tu vida necesitas soltarlas primero.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Para qué?, si yo las tengo bien agarradas desde los 20 años...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Ese es el problema!, debes agarrarlas después, luego de que te permitiste ser niña... Tú no has sido niña, Araceli, se nota.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡No inventes, Ramiro!, fui niña cuando fui niña, como pude, como todos los niños. No me molesta ser adulta, ¿sabes?, es lo mejor que me ha sucedido: crecer me permitió ver por mí, hacerme cargo de mí. De niña me sentía como deambulando en una carretera obscura sin señales, sin poder ver si mis pasos se dirigían al vacío...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Te escucho, continúa...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Comenzaste el experimento...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No es un experimento, sólo te estoy escuchando, continúa...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No tengo más que decir.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-OK. Lo que hace falta es que me tengas confianza. No importa si no me cuentas los detalles. En este momento prenderé la cámara y haremos un pequeño ejercicio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Vale, pues, con tal de que dejes de estar chingando...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No con esa actitud, Araceli, ¡no seas infantil!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Es la actitud de mi niña interior, Ramiro, ¡ya está afuera!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Ah!, OK, entonces no hará falta el ejercicio "Dejar salir al niño que todos tenemos dentro"... Espera, deja veo en el manual lo que sigue, nos saltaremos ese paso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Muy bien. Entre más pasos nos saltemos, mejor.<br />
<br />
-Sigue "Dejar fluir al niño fuera de su prisión", OK, sólo fluye, fluye...<br />
<br />
-¡Ya, pues! Prende la cámara.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
****</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sé qué paso. Recuerdo que Araceli se puso a llorar como niña, pataleaba, rompía cosas, gritaba. Intenté calmarla pero nada funcionó.<br />
<br />
Probé primero con el ejercicio de la muñeca, se supone que acunarla haría que Araceli se calmara, pero la agarró por el pelo y la zarandeó estrellándola en las paredes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡No me gustan las muñecas! ¡Odio que me regalen muñecas!, yo quería el carrito, no esta muñeca horrible.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Vela como si fueras tú, eres tú de niña.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No se parece a mí, ¡tiene el pelo rojo y los ojos azules!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Pero es sólo un ejercicio, Araceli.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Que no!, ¡que no me gustan las muñecas!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego consideré aplicar los cinco minutos de respiración profunda. Por fortuna Araceli aceptó.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Bueno. Me siento, está bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Vamos a respirar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Sí, respiremos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Inhala. Mantén dentro el aire unos segundos. Ahora exhala. Lento, muy lento. Lo estás haciendo muy rápido, es lento, muy lento... ¡No tan rápido!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No funcionó. Araceli terminó por desmayarse. La verdad es que casi lo agradecí porque llevaba una hora incontrolable.<br />
<br />
Puse un poco de alcohol en un algodón y lo coloqué bajo su nariz; de inmediato reaccionó, tan de prisa que no parecía haber estado inconsciente apenas unos segundos antes...<br />
<br />
La situación se salió de control: comenzó a brincar por toda la casa, encima de los muebles, iba de un lado a otro cantando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Brinca, brinca, brinca la tablita.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Araceli, ¿qué haces?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Brinca, brinca, yo ya la brinqué.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Ara, Araceli, ¿estás bien?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Ara...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Como veía que resistía fueron a buscar a otro elefante...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Señorita, tengo una emergencia, necesito una ambulancia...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
****</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Güitzi, Güitzi araña, tejió su telaraña...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-El nombre de la paciente es Araceli Torres Esparza, ¿verdad? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Esparragoza.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Tendremos que mantenerla sedada al menos por hoy.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Entiendo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- No se preocupe, volverá a ser quien era, es sólo una regresión.<br />
<br />
-Sí, sí, me imagino...<br />
<br />
-¿Usted va a firmar como responsable del ingreso?<br />
<br />
-Sí.<br />
<br />
-Su nombre, por favor...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Ramiro. Ramiro Ballesteros Oliva.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Los pollitos dicen "pío, "pío", "pío"...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿A qué se dedica, señor Ramiro?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Estoy por certificarme... </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Certificarse?, ¿en qué?, ¿instructor de gimnasio?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Cuando tienen hambre, cuando tienen frío...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Olvídelo... Ponga desempleado. Soy ingeniero... </div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-31484526412486504372017-07-18T13:31:00.000-07:002017-07-18T13:32:00.260-07:00Recurrancias ©<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJQOmCwVHSN93iVMsZfFSJ4QD1ZVBE2Zmyk98ztdFOOggezm7ONIRz52KjUSh2sxd1KmsTubMcLHBWxoi8s0zjm_GNFot46PqcqKzVmkLk0_Ymgdn9mUTIwQnyeY0oi3JDePTwizkis_g/s1600/barro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="635" data-original-width="1066" height="190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJQOmCwVHSN93iVMsZfFSJ4QD1ZVBE2Zmyk98ztdFOOggezm7ONIRz52KjUSh2sxd1KmsTubMcLHBWxoi8s0zjm_GNFot46PqcqKzVmkLk0_Ymgdn9mUTIwQnyeY0oi3JDePTwizkis_g/s320/barro.jpg" width="320" /></a></div>
Si tuviera que definir el lugar del que proviene mi escritura diría sin duda que nace en mi ovario derecho. Escribo textos premenstruales. Supongo que es aquí donde Freud levanta la copa y brinda a la salud de sus teorías sexistas, pero me declaro prófuga de la histeria y en los bordes (por dentro) de una neurosis más o menos controlada que se descoloca cada 56 días.</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Tengo fortuna: para otras mujeres el andamio se inclina sobre el vacío con mayor frecuencia, sus cuerdas tienen menos gracia que las mías hechas de frases que amarro a toda prisa para recuperar la estabilidad. Claro, sería mejor si contara con la astucia y la serenidad de quien logra anudar sus miedos de maneras más suaves, a través de un pincel, por ejemplo, o de un arpa; entre colores y formas, sonidos y sensaciones, que permiten guardar cierta compostura romántica. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las letras no tienen la calma de la baja marea: se revuelcan entre las rocas, se hunden en corrientes nada discretas, emergen raspadas, heridas, filosas, descarnadas. "Si te lastima escribir es porque te has habituado a hacerlo reabriendo las heridas", me dijo un amigo psicoanalista que no me considera histérica porque no coincide con Freud. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El diagnóstico no pedido tenía que ver con borrarme a través de las letras; se me conoce poco: la borradura es lo cotidiano del silencio en mi caso, a veces también de las palabras mal dichas, por eso tengo que escribirlas. La jodida huella, sí, pero no la que dejo yo al paso, sino la que quedó impresa en algún lugar dentro de mí por el pasar de andantes sin cuidado; tropezaron con tanta suerte que fui yo quien brindo la mano para que se levantaran, ¡y se levantaron... sobre mi cabeza!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No son las letras lo que me duele, todo lo contrario: como las navajas de quien se autolesiona para acotar el dolor inasible, los tipeos van deshilvanando la costura bajo la que se acumuló (otra vez) lo que la infecta. Escribir me cura. Pero hay que tener cuidado, ciertos excesos hacen de la medicina veneno; escribir de más enferma: no es igual pasar un algodón con yodo sobre la sutura que tomarse el contenido del frasco. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero no soy cauta cuando escribo sólo por eso, lo soy sobre todo para que mis filos no hieran susceptibilidades ajenas. Desde que comencé a escribir me propuse la inocuidad: diría para mí en dosis exactas, añadiendo el prospecto con advertencias para los intolerantes a las letras vivas. Quizá ahí radique la explicación de un par de porqués que reservo en el botiquín para emergencias. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Seré honesta: hace tiempo que mis heridas no son de muerte, a penas cicatrices un punto abiertas: reminiscencias. Días atrás me dio por darles un nombre, busqué en la gaveta de los inventos dos cabos sueltos; las bauticé "recurrancias". Su nido está en un ático, oscuro y polvoso, desierto de noche y desierto de día donde se momifican; son como los pedacitos de fruta que se deshidratan debajo de un mueble que nunca movemos, cáscara dura que por un segundo es misterio y luego rememora sin volver a ser lo que se recuerda.<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: start;">Esto no tiene que ver con la nostalgia, aquella habitación cálida de la memoria en calma donde están los recuerdos que se dejan acariciar como lomo de gato sereno. Las recurrancias se dan en esquinas de color ocre porque son naturaleza medio muerta (y porque se rearman en los lugares comunes, la inventiva no da más que para nombrarlas, el resto es cosa sabida: resabio, sobra que faltaría si prescindimos de ella, la tapa del pozo que evita el ahogamiento aunque esté a la mitad abierta; el paréntesis que indica la posibilidad de ahorrarse la lectura de lo que contiene... aunque lo estemos leyendo).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: start;">Las mujeres podemos calcular la edad de una recurrancia prestando atención al momento en que reaparece según coincida o no con los ciclos menstruales, pero como esto es distinto en cada cuerpo menstruante no hay manera de hacer una guía A diferencia del resto de las cosas vivas y muertas del mundo, las recurrancias rejuvenecen cada vez que se hacen presentes: más viene, más nueva es, en el llegar renace. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: start;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="text-align: start;">No se ha inventado tampoco método alguno para evitar la impertinencia de las recurrancias: se desprenden siempre que algo más esté en desprendimiento; el endometrio, por ejemplo, pero también cualquier otra cosa que tenga la virtud de hacerse añicos sin tocar suelo, como las letras cuando son escritas sin ánimo de cortar. Entonces puede escribirse premenstrualmente en cualquier tiempo: lo mismo en pasado que en futuro (aunque lo que da vida a la recurrancia perfecta es su capacidad de hacerse sentir en el presente).</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
El fin de las recurrancias es el mismo que el de todo: no fue polvo pero en él termina convertida, un día no aparece más de tanto que fue volviendo, pero para eso hay que escribirla, pintarla o cantarla. No me muero por escribir: deseco la piel ajada de una recurrancia que hace tiempo se desprendió como pedazo frutal de alguna rama dentro de mí indispuesta, cayó debajo de un mueble que poco muevo; se instaló ocre y esquinada. Viene y va; cuando tengo fortuna, alcanzo a tomarla entre mis dedos: tipeo sobre ella y la dejo ir, impresa la huella de mi andar descuidado, alzándome yo sobre su cabeza. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sangro entonces, feliz-oportuna-calmadamente, sangro. En ningún momento escribo sangrante: la tinta es tinta, lo otro metáfora que cansa de tan dicha en seco. Los textos fértiles son húmedos a fuerza de líquidos distintos que guardo en sitios diversos, sin esquinas, de colores, limpios y ordenados, nada aptos para servir de nido a cualquier cosa que parezca insecto, lejos de las recurrancias de patas áridas y esqueleto a cielo abierto. </div>
</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-5679085486019776052017-06-14T16:24:00.002-07:002017-06-14T16:24:57.877-07:00Mímesis ©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzlijdLMeicmYKwquE1Xzs9Myl_oYkM9KwsXzymyf39UOodqSu1TeKQr5TyFJ7sQ1FKjLiM-5wxzIEmGsRtws4pd_t_DHn_semkt73aCQiCQyOavF7bOWcRjZIcMRR-nzGDcGjWaPXNRI/s1600/large.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="415" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzlijdLMeicmYKwquE1Xzs9Myl_oYkM9KwsXzymyf39UOodqSu1TeKQr5TyFJ7sQ1FKjLiM-5wxzIEmGsRtws4pd_t_DHn_semkt73aCQiCQyOavF7bOWcRjZIcMRR-nzGDcGjWaPXNRI/s320/large.jpg" width="205" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Cae la noche, dice usted, y yo busco con premura el acantilado desde el que pudo suceder semejante cosa: algo en alto, algo arriba, algo que sirva para caer porque no se cae más que de las alturas. En el desconcierto de mirar tan a lo lejos nace la pena de sabernos a ras de suelo: ni abajo para encontrar las entrañas donde dicen que se guarece el Sol, ni arriba para ubicar el sitio desde el que puede tirarse sobre nosotros la oscuridad completa.</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
Sólo cuando las raíces nos crecen en demasía sobresalen un poco y notamos que las tenemos, pero no sabemos en dónde es que se afianzan; es natural sentir entonces que andamos sobre la nada, mitad funámbulos y mitad sonámbulos, preámbulos del cabo al fin porque en últimas hemos sido, dicen, el ensayo de un ser supremo que está por encima, allá a donde no alcanzamos a mirar porque otro ser, igual de poderoso, nos agarra desde abajo; hay que estar bien muerto, bien polvo, también dicen, del que fuimos somos y seremos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es preferible optar por la mímesis, al menos intentarlo, perdernos entre las hojas de quienes árboles somos sobre el tapiz del mundo que nos rodea (siempre mejor que rodearlo). Por eso es que yo procuro llorar cuando llueve, sonreír cuando está soleado, volverme sombría entre las sombras, rehilete si hay viento, péndulo en el vacío, barro a la orilla del río, junco en su centro. Lo que no he podido es calcular mis mareas, determinar si entro en el mar hiriéndolo con mi quilla o descalzo el cuerpo entero, desde los pies por supuesto, porque afilada suelo estar cuando me acerco a las orillas y les pongo el pecho.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sé qué no tiene sentido lo que escribo. En mi defensa arguyo que lo que busco a veces es el rumbo y que las letras son brújula imperfecta: esdrújula mandrágora. ¡Qué importa si me repito!, si me pongo seria y aliterada, si equivoco de lugar los acentos porque las tildes que llevo dentro dicen las cosas de otra manera: ámores, cólores, hérida arída, méntira jódida... Todo esto comenzó con usted diciendo lo imposible: la noche que cae y yo que no sé estarme quieta cuando algo pende sobre mi cabeza, así sea una metáfora común y vaya llena de estrellas: el universo me lo invento yo, se lo digo aunque no me crea.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ni la tinta corre ni corro yo: me quedo aquí a la espera de que usted pida clemencia, porque sí, porque no entiende de otra manera. No cae nada, ¿sabe usted?, ni la noche cae ni se levanta el día... ¡Ni nos levantamos nosotros! Nada se mueve en el inhóspito espacio de la vida escrita. El problema es que nos olvidamos del centro, marcamos los mapas con cuatro rumbos nada más (Este, Oeste, Norte y Sur); Arriba y Abajo se volvieron territorio ignoto: el único lugar común es el del encuentro y anda usted por ahí diciendo cosas en las yo que me pierdo. </div>
<br />
</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-8305662138547073982017-05-29T16:36:00.002-07:002017-05-31T14:43:55.583-07:00El sepulturero ©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe4Da7v1qSw-W6BgmsIup3-87uQE-ZK0IlP5XxFQRPq84Ka8n9yXkAC9ROmUSsndZq9zp3DCvjZtvJUDUtM1WOxCGgweHnykl7b-NIz5H6F9zJqA8fQWzCdwaml-0wFPhlI7S7ip4eYXI/s1600/Cu%25C3%25A1l-es-el-origen-del-t%25C3%25A9rmino-%25E2%2580%2598cementerio%25E2%2580%2599-620x413.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="413" data-original-width="620" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe4Da7v1qSw-W6BgmsIup3-87uQE-ZK0IlP5XxFQRPq84Ka8n9yXkAC9ROmUSsndZq9zp3DCvjZtvJUDUtM1WOxCGgweHnykl7b-NIz5H6F9zJqA8fQWzCdwaml-0wFPhlI7S7ip4eYXI/s320/Cu%25C3%25A1l-es-el-origen-del-t%25C3%25A9rmino-%25E2%2580%2598cementerio%25E2%2580%2599-620x413.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Vaya usted a saber aquello que yo no sé! El que sabía era el muerto, todo se lo llevó con él.<br />
<br />
Si gusta lo desenterramos: dicen que si sienten fresco resucitan un poquito, nada más lo necesario para dar su testimonio. Pero nadie sabe cuánto aire tiene que jalar, y ya ve que por acá no se ha movido ni una hoja desde hace un mes. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La sequía es profunda, el sol ha quemado la tierra hasta bien adentro; escarbe y verá: estamos secos. Sí, yo también, si pudiera cavarme lo vería.<br />
<br />
Polvo somos, dicen. Por eso yo no me preocupo: si no sé es porque no estoy muerto, de saber algo ya me habrían matado como lo mataron a él.<br />
<br />
Sabía, dicen que sabía mucho. Pero el pobre ni sabía que sabía, mucho menos iba a saber que andar de sabiondo le costaría la vida. Por eso yo no sé.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si quiere lo sacamos de la caja, pero espere a que lleguen los aires y caiga aunque sea tantita agua: si yo no hablo así, él menos.<br />
<br />
¡Imagínese, está bien muerto!, debe tener reseca la garganta, no creo que pueda despegar los labios, menos se pondrá a platicarnos. ¡Eso sí!, si le habla yo no sabré nada. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lleva ya rato muerto, poco menos de lo que dicen porque a él no lo mataron cuando dijeron, lo mataron después. Yo sólo escuché que le gritaban "¡tú sabes!"; él respondía algo quedito, murmurando. Con la voz que se le iba saliendo entre cada cabronazo que le acomodaban, decía cosas que yo no sé, que ni quiero saber.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La caja se la puse yo. Lo dejaron como escombro de aquel lado, por donde amanece. Quedó ahí tumbado, casi a ras de tierra porque la fosa no es muy honda.<br />
<br />
Yo me encargo de darles sepultura porque no me gusta que estén los muertitos amontonados, unos sobre otros, sin nombre ni sepelio. Voy juntando las cajas de los que ya no son más que huesos y en esas acomodo a los que puedo, así no se sienten olvidados.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No señor, no me pagan, ni saben que yo les ordeno lo desordenado. Resguardo este cementerio desde años, no quiero tener a las ánimas molestando. Les pongo nombre, se los invento para poder pedir por ellos, porque yo les rezo diario.<br />
<br />
Pero no sé bien quiénes eran, a veces pienso que pueden ser de los que andan buscando. Me preguntan por unos que se parecen pero yo mejor me callo. No sé nada, ya le dije, en cuanto uno sabe vienen y lo matan.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dice mi mujer que ayudo a que se pierdan más los desaparecidos. Me reclama, llora pensando en los que andan en los montes buscando a sus muertos sin saber que es en el mismo panteón donde deberían buscarlos.<br />
<br />
Nosotros no hacemos un mal porque nosotros no los matamos, y como sea, oramos por ellos y les tenemos sus flores, los cubrimos bien, los cuidamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le digo: "¡mujer!, si digo que sé no podrás ni enterrarme, ¡imagínate, tú!, ¡valiente el sepulturero sin tumba!, ¡con las carnes en los picos de los buitres, y tú llorando sin tener ni dónde, y yo penando huérfano de oraciones! ¡Olvídate de eso!, yo no sé, ni tú sabes".<br />
<br />
Guardar silencio, señor, es un derecho que bien me guardo: no sé quién lo mató, ni por qué, ni cuándo.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-52788051235795244252017-05-29T15:26:00.000-07:002017-05-31T14:44:58.738-07:00Recuento ©<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqzzfBCWjsL8YET7cm4ooOo4Km0WeT57N6m-7ViAzWDxA09eVF4HLvAMnpJJqVmAividnuxVZsfy1QRcCFOUMxSRp6ub2BUNt4U2_IPTMwj2pNQCWQmrZP7CiENLudfL1DKDceWH_VQjU/s1600/%25C3%25B3palo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="274" data-original-width="184" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqzzfBCWjsL8YET7cm4ooOo4Km0WeT57N6m-7ViAzWDxA09eVF4HLvAMnpJJqVmAividnuxVZsfy1QRcCFOUMxSRp6ub2BUNt4U2_IPTMwj2pNQCWQmrZP7CiENLudfL1DKDceWH_VQjU/s320/%25C3%25B3palo.jpg" width="214" /></a>Sé lo que es perder el sombrero y la compostura en una calle que desemboca en el comienzo del fin del mundo.<br />
<br />
Sé sostenerme en la quilla de una embarcación llorando, tirarme al agua y regresar a la superficie como un témpano: girando.<br />
<br />
Sé arrullarme despierta mirando a través de la ventana de un tren el río más bonito de la galaxia entera, y sé robarle al universo recién nacido una de sus estrellas.<br />
<br />
Sé dejar mi destino escrito en las vetas de oro de un cuarzo rutilado, sé también imprimir esos caminos de oro en las palmas de mis manos.<br />
<br />
Sé de flores que resucitan y también de las que mueren, ambas a mi cuidado.<br />
<br />
Sé que soy y nada sé porque estoy siendo.<br />
<br />
<br />
Tengo un para de heridas que se abren cada tanto; sé curarlas y reabrirlas, sangrarlas.<br />
<br />
Tengo un sol en la pantorilla derecha y la ausencia izquierda de la luna nueva en un trozo de piel a la espera de algo que ni llega ni demando.<br />
<br />
Tengo un daño a resguardo bajo la costilla; da pocos problemas pero los da de vez en cuando.<br />
<br />
Tengo más de seis sentidos; después del séptimo dos me atormentan.<br />
<br />
Tengo las mañanas a medio camino y las noches casi siempre en vela.<br />
<br />
Tengo miedos que son pequeñitos, superables pero persistentes.<br />
<br />
Tengo los sueños cada vez más vencidos pero mi esperanza es siempre fuerte.<br />
<br />
Tengo poco y nada. A eso me atengo.<br />
<br />
<br />
Busco en el cajón de los milagros la patente del último que me he contado.<br />
<br />
Busco sostener entre los pies las runas del desencanto para que no trepen más allá de la alfombra.<br />
<br />
Busco el encuentro inesperado en el centro de mi ombligo, en su envés de remolino, en el pliegue soterrado.<br />
<br />
Busco los minutos que se han ido, los recuerdos enterrados, las cenizas que he perdido.<br />
<br />
Busco dejar de estar buscando.<br />
<br />
<br />
Quiero un ópalo cetrino que no existe en el planeta.<br />
<br />
Quiero devenir en algo acuático, ser nenúfar sin pantano.<br />
<br />
Quiero soñarme entera, con los fragmentos recuperados.<br />
<br />
Quiero mostrar de mí la sombra colorida, y no la negra.<br />
<br />
Quiero ser luz naranja a la mitad de un cielo azul cobalto.<br />
<br />
Quiero para ti la más feliz estancia a mi lado.<br />
<br />
Quiero para mí una manzana y dos cascabeles.<br />
<br />
Quiero ser un gato.<br />
<br />
Amo mi vida incluso cuando duele; duele cada tanto.<br />
<br />
Amo lo que hay: lo que se fue dejé de amarlo.<br />
<br />
Amo el silencio cuando soy yo la que no tiene más palabras.<br />
<br />
Amo el agua en todos sus estados; mi estado es líquido.<br />
<br />
Amo tu risa, el encanto con el que naciste bendecido.<br />
<br />
<br />
Detesto no entender los silencios que no son míos.<br />
<br />
Detesto las palabras imprecisas, pero más detesto ser yo la que aquilata mal cada letra.<br />
<br />
Detesto la orfandad temprana de su muerte. Detesto ser yo la huérfana.<br />
<br />
Pierdo las mañanas casi todos los días; en las noches soy yo la que me pierdo.<br />
<br />
Pierdo el eje sobre el que debería rotar y entonces descubro que no soy planeta.<br />
<br />
Pierdo la calma por mirar el mar y la cabeza cuando no hay marea.<br />
<br />
Pierdo el sentido pero no la fe, aunque perdidos hace rato están los santos.<br />
<br />
Pierdo certezas y me vuelvo un lío; pierdo la hebra cuando soy madeja.Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-34845416844477135592017-05-16T16:57:00.003-07:002017-05-29T15:16:58.013-07:00Tierra adentro ©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc8W0WuFCbpGTsM5VJ4QImzYqUqAeZo92dcnBpp-y53fP0cb7y15Ahfpa1IsI5q80OY_7DG-vtobCcN1yWz9dQLKpyiH2XaJIdBSssy52MFI9ppGQz2dgMEXi8My4LcvZknBjAsRoSsfU/s1600/tierra.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgc8W0WuFCbpGTsM5VJ4QImzYqUqAeZo92dcnBpp-y53fP0cb7y15Ahfpa1IsI5q80OY_7DG-vtobCcN1yWz9dQLKpyiH2XaJIdBSssy52MFI9ppGQz2dgMEXi8My4LcvZknBjAsRoSsfU/s320/tierra.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquel que hoy camina, ayer perdió un hermano. El otro que se sienta en la acera de enfrente, antier dejó de ver a su hija. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La mujer que te sirvió esta mañana el café olvidó hace meses una sandalia en el cerro donde van a encontrar a su marido. Sí, lo estaba buscando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La del otro lado, la que no vende nada y todo lo llora, tiene más de un año revuelta de tripas, se le enredaron cuando supo que a su padre lo balearon en la esquina. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"Ni tú ni yo cargamos los huesos de otros", me dices. Deben pesar bastante, tanto que a mí que no los llevo ya me andan pesando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El señor de la gasolinera cada día va más encorvado, trae consigo los esqueletos perdidos de aquellos a los que ha amado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"Ni tú ni yo lo sabemos", me dices. Lo que pasa es que yo me lo invento y tú prefieres ni pensarlo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy me contó el hombre del taxi que lo despierta la ausencia: su cuñado murió de rodillas (él que no se hincaba ni en la iglesia).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A su hijo lo acuchillaron y desde entonces ella vive con la carne abierta en el costado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A su novia la violaron de día. De noche se acurruca junto a la ventana, no está desaparecida pero como si lo estuviera: no regresó siendo la misma.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"Ni tú ni yo lo miramos", me dices, "no estamos en primera fila", pero anoche pensé clarito "¿qué tal si estamos formados?" </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ni tú ni yo lo creemos, pero no hace falta mucho creer para imaginar que pronto seremos todos los mutilados. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Completos o en pedazos nos vamos enterrando. Da igual si hay tumba o fosa, la muerte es clandestina cuando es asesinato.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace tiempo que las marchas son fúnebres. Las consignas se recitan como sentencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ni al mazo damos ni a dios rogamos. ¿Será que estamos todos ya bajo tierra?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Y si me matan? Como haces ahora, ¡ni lo imagines! Ya sabes que yo imagino de más y eso para ti es lo de menos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si me matan haré que me prometas el olvido, la desmemoria de quien es desconocido.<br />
<br />
Guarda silencio como lo hace el sepulturero. No metas las manos, no dejes que te entierren conmigo.<br />
<br />
Si te preguntan por mí contesta que estoy tierra adentro, donde todos algún día estaremos, tan solos como lo estamos desde el día en que preferimos morirnos callados.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero si quieres, podemos escarbar desde ahora junto a quienes sí lo saben, junto a quienes cargan los huesos y las ausencias, junto a quienes también llevan a cuestas este silencio tan jodido que les dejamos.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-65438760081995240292017-01-03T16:12:00.002-08:002018-05-01T11:33:03.596-07:00Las cosas de mi abuelo (Quinta parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2iuqFRZ-rsrQh7ZYL0x_cqYllxqrgJ0EJj8GYHwjPE7gxbNzA3qCcBf7cW2LQbNDtS-lRkx_Pv9e9ykjRz6sHvPrL_VUT6QR2oqfAFpeOwcFDPsdenVHgsW1JsVE5B_YKdaktpRO9mEg/s1600/flores.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="133" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2iuqFRZ-rsrQh7ZYL0x_cqYllxqrgJ0EJj8GYHwjPE7gxbNzA3qCcBf7cW2LQbNDtS-lRkx_Pv9e9ykjRz6sHvPrL_VUT6QR2oqfAFpeOwcFDPsdenVHgsW1JsVE5B_YKdaktpRO9mEg/s200/flores.jpg" width="200" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi abuelo tenía secretos, un par de ellos se revelaron a su pesar después de muerto. Tenía un segundo nombre para nosotros desconocido, un nombre feo, casi cómico, que se prestaba a los chistes de mal gusto. Supongo que a él no le hacía gracia tenerlo, pues lo ocultó en serio: apareció escrito en una credencial que guardaba en un cajón, debajo de muchos otros papeles y envuelta con una bolsa plástica negra. Mi hermano la halló, no sé cómo ni por qué; cuando me la mostró pensé que era como si hubiera escondido mi abuelo la evidencia de un crimen que cometió alguien a quien se quiere mucho. Otro de sus secretos lo hice mío, por eso me siento con el derecho a mostrarlo: el amor oculto que le profesó hasta el día de su muerte una mujer... ¡que no era mi abuela!<br />
<br />
"A tu abuelo yo lo quise mucho, mucho, mucho", me dijo una anciana desconocida hace algunos años cuando yo caminaba con mi madre por las calles de su pueblo. Por un momento pensé que era una más de las personas que habían querido a mi abuelo porque a él lo quiso medio mundo, como se quiere a la gente que es buena de verdad, desde dentro. Sin embargo, ella pronunció esas palabras de tal modo que parecían hechas de terciopelo, las pronunció además con todo el cuerpo: con sus manos cálidas y suaves que sostenían entre ellas una mía, con la mirada más linda que he visto, con la sonrisa del amor que nunca fue correspondido. "Te pareces a tu abuela, eres bonita", alcancé a ver un dolor pequeñito que se asomó desde el fondo de sus ojos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"Sí, fue novia de tu abuelo", me dijo mi madre adivinando como siempre mi pensamiento. "La dejó casi en el altar; conoció a tu abuela y cambió de novia para la boda. Ella nunca se casó, lo esperó toda la vida pero él ni viudo volvió". Mi abuelo sabía guarecerse de los malos tiempos no sólo con la ropa: nunca hablaba de lo que dolía, quizá por eso se murió a destiempo, sin que supiéramos siquiera que estaba enfermo. Un crimen cometido por quien más quiero.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-40409780801645097542017-01-03T15:37:00.000-08:002017-01-03T15:50:32.257-08:00Las cosas de mi abuelo (Cuarta parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4oWoX0jRKwLWUI1ZdjdwUreEF_oeaOTNJtnUdbKHDGm0PzhbFN9vizmcNLez8-xpRnSEDKvxCBJj2FZyOZhNJ_0Rm6TlpAjpBSjD1h33E4ZJ5y4oC3CK-ZjAj79es5rLBkVZr9AbVrhY/s1600/frasco.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4oWoX0jRKwLWUI1ZdjdwUreEF_oeaOTNJtnUdbKHDGm0PzhbFN9vizmcNLez8-xpRnSEDKvxCBJj2FZyOZhNJ_0Rm6TlpAjpBSjD1h33E4ZJ5y4oC3CK-ZjAj79es5rLBkVZr9AbVrhY/s200/frasco.jpg" width="200" /></a></div>
<div class="MsoFootnoteText" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">Más allá del retorno a su gente y a sus recuerdos, los constantes viajes a
su pueblo tenían otro propósito: mi abuelo llevaba siempre consigo una bolsa
repleta de todo tipo de “remedios” para las personas que durante la visita
anterior lo hicieron partícipe de los males que les aquejaban. Íbamos de puerta
en puerta entregando corteza de hormiguillo que mejoraría el hígado de Chela,
marihuana macerada en alcohol para aliviar las “reumas” de las tías Campos,
“chochos” homeopáticos para las dolencias de doña Régula, vitaminas que a sus<span class="apple-converted-space"> </span>103<span class="apple-converted-space"> </span>años
seguramente harían falta a don Austroberto, ciruelas deshidratadas para que
Chucho dejara de fumar teniendo literalmente la boca ocupada en otra cosa.</span><span style="font-size: 10pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">Fue en Santa Mónica, el poblado en el que mi abuelo había ejercido como
maestro rural, donde supe a ciencia cierta que él no era simplemente
distribuidor de “remedios”: en esa localidad se le consideraba como portador
del don para curar; “él sabía”, asegura la gente. Sólo entonces
adquirieron sentido algunos de los hábitos de mi abuelo que hasta ese momento
yo había interpretado únicamente como costumbres compartidas con sus paisanos:
“barrernos” a mi hermano y a mí pasando por nuestros cuerpos veladoras que
encendía inmediatamente después en la iglesia, dejar vasos con agua en su casa
justo antes de nuestro retorno a Ciudad de México, revisar cuidadosamente
los cruces de caminos por los que pasábamos, donde era usual encontrar tirados
ramilletes de hierbas, huevos y hasta gallos sacrificados, prohibirnos el
consumo de algunos alimentos cuando estábamos enfermos o después de ciertas
actividades, la insistencia con que preguntaba si me había caído cerca de una
poza y las largas caminatas por el monte recolectando plantas.</span><span style="font-size: 10pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">De entre todos sus "remedios" había uno que provocaba en
nosotros, sobrinos y nietos, salir corriendo: caléndula macerada con
aguardiente, un potente cicatrizante que no fallaba pero que ardía al contacto
con la piel herida de un modo atroz. </span><span style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">Mi abuelo no perdonaba raspón alguno, grande o
pequeño sería tratado con el líquido quemante que traía en un frasquito color
sepia: lo aplicaba a mansalva, sin gasas o algodones de por medio, directo de
la botella sobre la herida abierta. <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="ES" style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">Creo que en mi familia no hay alguien que no tenga entre sus memorias
alguna de esas sesiones curativas de mi abuelo con</span><span style="font-size: 10pt; line-height: 150%;"> aquella medicina
eficaz e infame. No quiero pensar en lo doloroso que será ese recuerdo para el
primo que se cayó del caballo y se raspó el rostro completo, sólo sé que cuando
vimos a mi abuelo llegar con el frasquito de caléndula los demás niños cerramos
los ojos para no sentir en carne propia el tormento; eso sí, mi primo es guapo
y en su cara no hay ni rastro de aquel suceso. <o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">Yo recuerdo cuando me dio
por probar el control de mi mente: convencí a una prima de que yo podría
recostarme en traje de baño sobre la loza ardiente (por el sol a medio día)
junto a una alberca, soportando con mi espalda lo que ni los pies soportaban.
Terminé con la espalda llena de ámpulas. Mi abuelo llegó a socorrerme con la
temida caléndula en mano. La tortura fue doble porque, además, se dio a la
tarea mi querido abuelo de reventar con una aguja primero cada una (sí, una por una) de las
ampollas.<o:p></o:p></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<o:p></o:p>
<o:p></o:p>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 10pt; line-height: 150%;">A nuestros a gritos mi abuelo replicaba con serenidad: "ya, ya, con esto no te quedarán
marcas"; es cierto, las cicatrices que tengo en el cuerpo son de tiempos
en los que mi abuelo ya no estaba, de otro modo serían inexistentes. A veces me
miro las marcas y pienso que también por eso digo que mi abuelo se murió antes
de tiempo.<o:p></o:p></span></div>
</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-29322797947961047242017-01-02T21:18:00.000-08:002017-01-02T21:18:02.580-08:00Las cosas de mi abuelo (Tercera parte)©<div style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinU4mOZ-fJQc1089SYcFGx4iwXJtOsFJOeD_4qiO9lx6eKa5rQ75b9l6bzDkvq1MWGwVf6u6FFbQIbWMryn7KgsOb5NituBMQuDu_EIxlckdmfcofnTYdhLnaxj3bhMrbaKc2XL6LvyhQ/s1600/caramelos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinU4mOZ-fJQc1089SYcFGx4iwXJtOsFJOeD_4qiO9lx6eKa5rQ75b9l6bzDkvq1MWGwVf6u6FFbQIbWMryn7KgsOb5NituBMQuDu_EIxlckdmfcofnTYdhLnaxj3bhMrbaKc2XL6LvyhQ/s1600/caramelos.jpg" /></a>Tenía mi abuelo un abrigo del color de las almendras, era de pana gruesa. Cuando me sentaba sobre sus piernas mientras él platicaba con alguien, yo me entretenía acariciando con un dedo cada rayita de la tela de su abrigo, a contrapelo para ver cómo se oscurecía un poquito; "no lo despeines", decía él, y alisaba con la palma de su mano las partes en las que yo había andado haciendo surcos. Me gustaban también los botones del abrigo: estaban forrados con unas cintitas de piel que se entrecruzaban, pero cuando los acariciaba no cambiaban de tono y eso me aburría. Entonces me ponía a mirar desde su cuello al interior del abrigo que traía él puesto, se asomaba la tela de la camisas que abrochaba hasta arriba como si fuera un seminarista y sobre de ella el estambre del chaleco; para ver más, yo pinzaba con dos dedos con mucho cuidado la tela de la camisa entre dos botones. la alzaba para que se abriera un pequeño hueco desde el que podía ver un pedacito de la camiseta de algodón que usaba siempre como prenda interior. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo que más me gustaba de esas incursiones entre la ropa de mi abuelo era descubrir el hilo color marrón del que pendía su escapulario; lo jalaba hasta sacar el cuadrito con la imagen religiosa, tratando de sentir qué llevaba dentro (porque algo tenía, se sentía, aunque hasta la fecha ignoro qué llevan dentro los escapularios, una más de las preguntas que me habría gustado hacer a mi abuelo). Casi siempre en ese momento terminaba la conversación que él sostenía y me bajaba de sus rodillas para irnos, por eso no recuerdo de qué era la imagen.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi abuelo andaba forrado con ropa, es la palabra precisa, así lo decía él: "para aguantar el frío hay que andar bien forrado"; sí, el frío le hacía los mandados, el calor también, yo creo, porque ni con sol mi abuelo se despojaba de su envoltorio. Solía usar un sombrero "tipo texana" y para la lluvia tenía una funda plástica con la misma forma del sombrero que se sostenía con un resorte por dentro; de todos modos siempre cargaba con paraguas. El paraguas le servía para mucho más que para cubrirse de la lluvia: hacía las veces de bastón (entonces se escuchaba como un pequeño relojito el golpeteo de la punta metálica sobre las aceras) y también de arma secreta cuando el metro iba muy lleno; se abría paso literalmente a punta de paraguas, no golpeando porque mi abuelo era incapaz de esa violencia llana, bastaba con poner aquel artefacto de manera horizontal entre nosotros y el resto de la gente para asegurar el espacio vital (más de una vez hubo necesidad de cambiar de paraguas porque al abrirlo descubría que con los empujones había dejado de estar recto).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Que mis recuerdos sean más nítidos sobre la parte de arriba de mi abuelo lo atribuyo a que él era muy alto y a que yo pasaba mucho tiempo entre sus brazos. De la cintura para abajo a mi abuelo lo veía poco: sólo cuando llegaba la hora de dormir y se sentaba en la orilla de la cama donde yo ya estaba acostada; me hacía rodar un poco por el declive que formaba con su peso, porque mi abuelo también era muy gordo, a mí me parecía como un oso. Usaba pantalones de vestir (siempre muy formal mi abuelo) y calzones largos y holgados, con botones en la bragueta (hoy serían unos boxer muy modernos). Recuerdo mejor sus calcetines, siempre negros y delgados, livianitos, todos iguales. Sus zapatos eran grandes y pesados; sus pies acicalados con esmero: tenía un estuchito negro donde guardaba un diminuta tijera y una pequeñísima lima con las que se arreglaba las uñas (me divierte pensar que mi abuelo hacía cosas que hoy son de "metrosexuales" pero que entonces eran de "caballeros"). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pulcro como pocos, mi abuelo era sin embargo muy sencillo, simple en sus cosas; no tenía ropa de más y no se andaba con rodeos: la ropa interior toda igual, la de fuera que abrigue. Pero ese hombre de cabello siempre corto, de ropa formal incluso en domingo, llevaba lo travieso en las bolsas de su abrigo. Traía siempre caramelos para nosotros, pero también para granjearse la amistad de dos perros bravos que custodiaban celosos la casa de mi tío en el pueblo: como la puerta estaba lejos de la casa y nunca se escuchaba el timbre, mi abuelo había enseñado a los perros que si lo dejaban pasar les regalaba un caramelo. Un día fui a esa casa sin mi abuelo, me acompañaba un primo que le tenía terror a aquellos perros, yo lo había convencido de que podríamos pasar sin peligro porque les daría un caramelo. No funcionó: los perros me dejaron entrar a mí sin problema pero mordieron a mi primo, un desastre. No eran los caramelos lo que los perros querían, era a mi abuelo que además de dulces los acariciaba y les hablaba con cariño, igual que yo lo hacía porque él me había enseñado a hacerlo. </div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-54826377397863702762017-01-02T18:45:00.003-08:002017-01-02T20:06:29.209-08:00Las cosas de mi abuelo (Segunda parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie1AYK1KHlYdH7H21BYwwPd2JoyvajrpnO3zUswi2lyxXxxjReBj2ytHE9_SAcgXOtP27qwxlSwdDbAUSQZgd9528oH58gXveEiDRCAnSO-cY5vHeRtrA918UGVdz3VFQACiOtKd8ZFLo/s1600/San+Mart%25C3%25ADn+de+Porres.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie1AYK1KHlYdH7H21BYwwPd2JoyvajrpnO3zUswi2lyxXxxjReBj2ytHE9_SAcgXOtP27qwxlSwdDbAUSQZgd9528oH58gXveEiDRCAnSO-cY5vHeRtrA918UGVdz3VFQACiOtKd8ZFLo/s1600/San+Mart%25C3%25ADn+de+Porres.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
"Al negrito, ponla en la alcancía del negrito", me decía mi abuelo señalando la estatua de San Martín de Porres mientras me daba una moneda. Todos los domingos se repetía la escena en la iglesia de Santo Domingo. Nunca supe por qué mi abuelo tenía clara preferencia por el santo mulato pero a mí también era el que más me gustaba. Cuando entro a alguna iglesia me da por buscarlo, me decepciona que no esté; de un tiempo para acá lo desbancaron, será que nunca fue de los importantes pero para mi abuelo lo era, al menos era al único que le dejaba dinero.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me habría gustado preguntarle a mi abuelo sobre San Martín de Porres, atesorar la historia que había tras su descarada preferencia: pienso que hay algo de rebeldía en ella, como si el color y la aparente poca importancia que aquel santito tiene para la Iglesia hicieran que mi abuelo lo quisiera más que a los otros. Nunca sabré porque mi abuelo murió demasiado pronto, antes de que a mí la edad me permitiera interesarme por sus cosas: la muerte es jodida por eso, porque nos roba siempre antes de tiempo a quien luego nos hará sin remedio falta. Tampoco tuve edad suficiente para un día, aunque fuera nada más una vez, robarle la moneda a San Martín de Porres y sumar secretos a la confesión que nunca haré a un sacerdote.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi abuelo no logró que yo me hiciera católica, ¡y vaya que puso empeño!: me llevaba a misa siempre que podía, intentaba que me aprendiera los rezos, me persignaba con agua bendita y me hacía besar la cruz que formaba con sus dedos. Yo iba sin quejarme, me paraba, me sentaba, me hincaba cuando todos lo hacían pero guardaba silencio porque no lograba aprenderme bien lo que había que decir; de pronto recordaba alguna frase y entonces casi la gritaba para que me abuelo se pusiera feliz viendo que yo rezaba: "Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa", declamaba yo como si fuera poesía pegándome con el puño cerrado sobre el pecho, a veces de manera tan teatral que arrancaba un par de sonrisas en las personas que estaban cerca y una mirada con la que mi abuelo procuraba reprenderme sin lograrlo porque tenía los ojos dulces.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para darle gusto a mi abuelo, un día se me ocurrió pedirle a mi madre que me inscribiera en el curso de catecismo que había en una iglesia cercana a mi casa. Luego de mucho insistir, jurando en vano como la buena pecadora que siempre he sido que luego de eso haría muy solemne mi Primera Comunión, mi madre accedió a pesar de que ella no es católica, yo creo que porque sabía que yo tampoco lo sería. Asistí a la primera sesión, la pasé platicando con otra niña, cuando me reí el sacerdote me agarró de una oreja y me sacó de la iglesia; jamás volví y mi abuelo ni se enteró de que había intentado darle gusto. Eso sí, mi hermano gozó por semanas la anécdota y hasta la fecha me dice entre risas "¿te acuerdas de cuando querías ser mocha?". ¡Qué bueno que no lo logré!, estaría hoy más desterrada que San Martín de Porres y mi abuelo se habría muerto igual, antes de tiempo.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-40473385503117713682017-01-02T17:43:00.002-08:002017-01-02T17:43:48.734-08:00Las cosas de mi abuelo (Primera parte)©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsMmT7AILdB2XJhfLzwDIjg1hDveOvnPh0875qGZC4RZKXVrdtJ0iX275XhBaoOrjiVKaVxTMQ9XuGye9xhKFS2fmHkncQ9l2wJWiy8zJ7hDh_r1PtZm0FiRH4VdYnG8G6Q8RmTOFwOKk/s1600/1175574_10152187200988135_1832444080_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsMmT7AILdB2XJhfLzwDIjg1hDveOvnPh0875qGZC4RZKXVrdtJ0iX275XhBaoOrjiVKaVxTMQ9XuGye9xhKFS2fmHkncQ9l2wJWiy8zJ7hDh_r1PtZm0FiRH4VdYnG8G6Q8RmTOFwOKk/s320/1175574_10152187200988135_1832444080_n.jpg" width="305" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
No miro nunca dentro de los ataúdes porque en ellos no está ya lo que de la gente quiero: la vida. Esto lo aprendí mirando el cadáver mi abuelo: yo tenía 11 años y había perdido a la persona que más he amado. Mi abuelo murió demasiado rápido, antes de tiempo y casi de un día para otro, de pronto la muerte se lo había llevado. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Timbró el teléfono en casa, contesté yo, una tía me pidió que la comunicara con mi madre; yo no sabía de presentimientos pero ese día algo en el tono de la voz de aquella tía me animó a escuchar desde el otro aparato telefónico la conversación que iniciaba mi madre: "murió", escuché, supe que hablaban de mi abuelo y colgué, pero no entendí lo que eso significaba. Entró una nueva llamada que mi madre contestó: mi hermano le daba la misma noticia y le decía que estaba por venir alguien por mí. Mi madre me alistó para que yo asistiera al funeral.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recuerdo ir en la parte trasera de una camioneta en la que también iba mi padre; yo sostenía entre mis manos un muñeco de peluche que alguien me dio, ahora sé que a modo de consuelo. No estaba triste porque no entendía lo que pasaba, era la primera muerte en mi vida: me entretenía mirando de noche la carretera que recorrí muchas veces con mi abuelo rumbo a su pueblo, siempre de día: parecía otra, no había manera de buscar el árbol más lejano como él me había enseñado a hacerlo para evitar marearme con el movimiento del automóvil ni de buscar figuras en las nubes para contarle a él que una de ellas había un gatito o una tortuga, pero sí olía el bosque y yo distinguía los olores porque mi abuelo me había dicho cuándo lo que olía era un zorrillo y cuándo era el musgo mojado porque había llovido; aquella noche descubrí que había también otros olores: el de las flores nocturnas, el del cadáver de un perro atropellado que nadie levantó, el de los grillos apachurrados sobre el asfalto que me daban pena porque esos los había visto vivos cuando vivo también estaba mi abuelo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A mi abuelo lo velaron en la casa de uno de sus hermanos: en el centro de la sala estaba su ataúd abierto. No sé por qué me animaron a acercarme, me dijeron que debía darle un beso a mi abuelo para despedirme; lo hice, me acerqué despacio y miré adentro de esa caja, pero no vi en ella a mi abuelo, vi su cuerpo pero no era él, estaba segura de que alguien se había equivocado pero no me atreví a decirle a nadie lo que sucedía: parecían todos tan tristes, tan dispuestos a seguir llorando, que no me pareció prudente hacerles notar que dentro del ataúd no estaba mi abuelo aunque estuviera su cadáver y se le pareciera tanto. Me acerqué pero no le dí un beso como habían ordenado: dije muy quedito en el oído a aquel muerto para que sólo él me oyera: "ya sé que no eres tú, tú ya te fuiste de aquí". Desde aquel instante supe que lo demás era lo de menos, por eso me fui al patio a mirar a los gansos, de lejos porque mi abuelo me había contado entre risas que cuando era niño un ganso lo había correteado, que eran como perros, guardianes de las casas pero nada amistosos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al día siguiente hubo una misa, la primera en la que comulgué aunque nunca hice la Primera Comunión y jamás me he confesado. Recuerdo un tenue sabor dulce que me alegró un poco y luego el lío de intentar no hacer muecas por no poderme tragar la hostia que se pegaba al paladar. El ataúd estaba otra vez en el centro y ahí dentro el cadáver sin mi abuelo, pero tampoco entonces le dije a nadie que yo sabía que no estaba en él mi abuelo. De ahí salimos rumbo al panteón; por supuesto, hubo un entierro y hay una tumba que nunca visito. Me despedí de él varios días después cuando sentí que por la noche se sentó en mi cama, cuando lo vi cruzando la avenida rumbo a mi casa, cuando sonó el teléfono y del otro lado hubo un largo silencio sin que yo colgara. Con mi abuelo hablo en sueños, en uno de ellos me dijo que escuchó cuando le dije que no estaba en ese muerto, nos reímos juntos recordando aquél secreto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A pesar de la certeza de que no era él, no he podido olvidar el cadáver de mi abuelo, la sensación de estar velando a alguien desconocido, la rareza de saber que más que alguien es algo: el cuerpo vacío, la ausencia de vida, eso que llaman muerte. En defensa de lo vivo me propuse hace unos días reunir en mi memoria (y en este texto) los recuerdos que conservo de mi abuelo, de su vida, de quien era y sigue siendo la persona más amada en mi historia, la única con la que me confieso para seguir comulgando si por casualidad un día me encuentro dentro de una iglesia cuando se están repartiendo hostias a las que vuelve dulces el sabor de la transgresión secreta. A mi abuelo no le hubiera gustado eso, tenía sus cosas: era católico en serio, pero también el ser humano más bondadoso sobre la Tierra.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2856679285343882425.post-46721994205195415182016-12-27T19:28:00.001-08:002016-12-27T19:28:20.423-08:00Orillas hay siempre ©<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhftlORxXkzeV1jIVZvDDDyeNx2nf2v2CeZXAv3XbLmWwuRHk8yrUr-UvLv29WcLtcDf-gARA-aAPYMh0sgEDmsm4zS9bLU6r4-tVaxAj4400QU_xpjeyL5fH_R53vv06ZRCDlOKICPhaI/s1600/Flotar.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhftlORxXkzeV1jIVZvDDDyeNx2nf2v2CeZXAv3XbLmWwuRHk8yrUr-UvLv29WcLtcDf-gARA-aAPYMh0sgEDmsm4zS9bLU6r4-tVaxAj4400QU_xpjeyL5fH_R53vv06ZRCDlOKICPhaI/s1600/Flotar.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;">A Natalia Carrillo. </span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;">Gracias por la metáfora. </span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;">Te digo y me digo: orillas hay siempre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dicen que en la escritura hay que prescindir de lugares comunes, de balsas y de mares agitados, del naufragio, de la tormenta, metáfora indeseable para decir que te arrasa la tristeza. Que sigan diciendo aquellos que buscan pulir nuevas gemas: yo las recojo en el camino, lo mismo romas que afiladas, como están, como nacen y como se hacen, como vienen, al vuelo y en el arrastre. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Escribo desde los más comunes de mis lugares, los busco incluso con alevosía, anhelo que mis letras sean encuentro, de nada serviría hacerlas tan únicas que sólo a mí me pertenezcan; quiero decir con ellas "te amo" (aunque de amor ya no se escriba en esos términos), quiero decir con ellas más que "te amo": quiero encontrar en el enredo todo lo que el amor es para mí y decírtelo, y diciendo entregarlo...</div>
<div style="text-align: justify;">
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y así... digo, y digo, y digo... No paro de decir porque no encuentro el modo de expresar con las gemas que recolecté en mi sendero la joya que descubro en ti cada día. </div>
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Primer intento: describo la gema. Es un cuarzo rutilado, brilla desde dentro, ¿sabes?, se dibujan como ríos los fragmentos de oro que en él quedaron atrapados, pequeñísimo universo que todo lo contiene. Me pregunto cuánto tiempo estuvo sin ser hasta ser lo que ahora es, cuánta presión soportó, cuándo se dejó vencer, cuándo renació desde su propia derrota. No lo ves, no lo encuentras dentro de ti aunque yo te diga que lo he visto muchas veces, que está ahí, que se muestra cuando te dejas estar y decir, cuando eres... He fallado.</div>
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Segundo intento: describo la recolección. Suelo juntar objetos pequeños, igual que esos pájaros que adornan su nido, ¿los has visto alguna vez?, ¿no?, los cuervos también lo hacen. Me gusta pensar que cada vez que traigo casa alguno de esos objetos sin importancia no le quito nada a nadie, pero sé que de alguna manera desequilibro al mundo, que tal vez alguien echa de menos lo que yo retuve a mitad de su camino. No siempre la recolección es pacífica: hace poquito por andar en esas lides me metí donde no debía (igual que lo hago cuando sigo diciendo lo que es indecible y equivoco las palabras), justo en un pedregal a la orilla del mar. ¡Se escuchaba tan bonito!, las piedras chocaban entre sí porque el agua las movía y yo no pensé ni un instante que poner entre ellas los pies no era buena idea; aquella vez atesoré sólo un corte en el empeine que me dolió un par de días. Ya me perdí, fallé de nuevo: lo que digo no está diciendo lo que quiero decir; así es como me enredo.</div>
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Tercer intento: te contaré un cuento. Iba de camino a mi propio abismo cuando vi que estabas en el lugar común de los naufragios, quise decirte entonces que eso de naufragar no termina en islas desiertas como nos han contado y, también, que la metáfora suele parecer a los escribanos uno de esos lugares con demasiadas visitas. Pensé si debía decirte eso o algo más, o quizá nada (estoy segura de que lo mejor es el silencio, pero no se me da, ya lo ves, sigo y sigo diciendo). Pensé entonces en el mar, porque no se naufraga en cualquier sitio, estarás de acuerdo, y recordé que para no ahogarse hay que dejar de moverse, permitir que nos lleve lo que sea que nos esté nos llevando. Sólo entonces apareció la frase indicada: "déjate estar, toda corriente conduce a una orilla". </div>
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Ahora me digo: "ni las gemas ni su recolección me hacen un cuervo, sólo soy un pájaro intentando adornar su nido, acabo de comprender que entre los hilos quedé enredada, me puse a trinar, digo que digo, digo que digo, en lugar de usar el pico para salir bien librada de mis intentos, por definición fallidos". Te amo, es lo único que debí decir y ahora lo digo.</div>
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No te digo más ni a mí me digo: guardo el silencio, es el objeto que acabo de hacer mío.</div>
Tania Campos Thomashttp://www.blogger.com/profile/12752557580156156293noreply@blogger.com0