A veces un verano se otoña.
Nacen quebradizas las hojas,
amarillo el envés desde la primavera.
Tardas un poco en darte cuenta,
pero ahí está:
el prematuro desastre.
Cayeron las hojas con la ventisca,
pasó para ti desapercibida:
caías tú también.
En la caída eras tú el viento,
eran tú y el aire
la misma cosa.
No hay hojas de ningún color
en el descenso abrupto
hacia un abismo inesperado.
El hueco es entrada
pero es también salida:
escucho tu regreso.
Crujen las hojas
bajo tus pasos,
vuelan algunas en pedazos.
En la orilla yo,
recolecto los fragmentos con cuidado:
algo de ti es vegetal, ocre, frágil.
Algo es otoño en tu verano.
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