Vasta, cuando lo es, la alegría convoca: acude a la risa y urge al olvido. Simple, cuando lo es, la alegría se encarna: llena los vacíos, devuelve la calma. Cierta,cuando lo es, la alegría avasalla: arropa de encuentro, desgasta la rabia. Cálida, siempre lo es, la alegría decanta: disipa el espanto de saberse vivo.
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