Urubamba ©

El río ama sus afluentes:
intrépidos arroyos
tropiezan con las piedras.
Parte de sí se quiebra.

Va dolorido entre las hojas:
verde la herida;
de ramas secas
y serpentina
será la ofrenda.

Por eso canta
se aferra a las orillas
espera nuevos surcos:
cuarzos de agua
para la siembra.

Ahí va Urubamba
estremece
tiembla de frio
se sabe muchos
cae del monte:
espuma-niebla.

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