Metáforas ©



Escribo "arroyo" y transcurro despacio: agarrada de las orillas soy apenas un hilo de agua entre el barro, dibujo el camino para quien me siga, reviso las metáforas. 

Tanto fue el cántaro al agua que se hizo tormenta: llueve la vida, moja las piedras. Hay una roca en forma de corazón; el hueco en su centro no resistió hacerse laguna, con los bordes vegetales se viste de musgo y respira.

Cuando te toca te pones, aunque haya que dibujar nuevos rumbos en las manos: modificar el mandato de Fatum requiere mucha tinta. Puedo decir que la vida es como el papel en blanco; a veces se escurre sin querer un abismo negro, entonces hay que conseguir plata líquida y seguir empeñando la palabra.

Entre ayer y hoy se forma un estero, instante-cuenco lleno de mar, lleno de río, lleno de río, lleno de mar, lleno, tan lleno que se hace llano, llano tan llano que ya no está. Pero aquí estamos, recogiendo la neblina que es aliento: alentando, todo es tiempo.

Dije sí y sigo afirmando, porque no cabe duda que el amor lo merezco, lo doy y lo recibo, como siempre, como nunca, como se da la mañana luego de la noche oscura, aunque a veces el sol haga que lloren los ojos: no estoy triste, sólo amanezco despacio. 

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