El cántaro ©




El cántaro no se rompió: 
estaba roto desde antes.

El cántaro y sus fisuras,
estaban ahí enterradas.
El río por ahí pasaba,
de paso iba con su agua.

En llanto rompió el río.
El cántaro no bebía.
El cántaro no cantó.
El río lloró de rabia. 

Ninguno iba ni venía.
Fue y vino no más la vida, 
la vida que viene y va,
que canta con rota arcilla.






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