Versos para el alma ©


Las palabras no conocen  límites, se vierten suaves, fluyen, incluso cuando callan.

Los versos más hermosos son orillas en derrumbe: trágicos, alegres, tristes, temblorosos miran el vacío donde se han gestado, el abismo al que caerán para volver, para dejar de ser, para volver al ser.

La poesía: frontera deshecha a fuerza de caricias salinas, lenguas húmedas, tibias manos como arena, como las dos de cal que hacen la cruz bajo los ataúdes llenos de flores, como vidrios pulidos contra la marea.

Paradójicos continentes, cada letra se desborda, escapa fuera de la frase, emprende deslices que la conducen al agua, ¡el agua! 

El agua, sus corrientes imbricadas.  El agua deslava lo mismo tinta que sangre.  El agua que me habita, donde habito cuando me llamo Alma, ¡el alma!

El alma se quiebra en la métrica, no sabe ser verso, curiosa se desarma, se hace prosa, destellos de mañana. El alma. De ella es mejor no decir nada, acudir presto a los silencios, abrevar del vientre fértil que va pariendo palabras, palabras sin límite, suaves, que fluyen calladas porque son del alma.

2 comentarios:

Marie Pain dijo...

Querida Miss Fields,

Cada vez me gusta más la nitidez de sus palabras.

Muchas gracias por estos bocados para el alma :)

Anónimo dijo...

Hechicera:
Danza tu océano......agua
la perfección de lo eterno en las arenas.
Algarabía en los sentidos
constancia muda
Nadie la ve y sólo la sienten.
Te siento sin lugar a dudas.
Gracias.....desde el fondo del alma.